Están cansados, rinden menos en el instituto e incluso se les agría el carácter. La mayoría de los adolescentes aragoneses han sufrido alguna vez estos síntomas, debido en buena parte a que siguen una nutrición desequilibrada que deriva en un déficit de hierro, presente en alimentos naturales, y en algunos casos incluso en anemia.
A partir de los 15 años, el consumo de este mineral por parte de los adolescentes aragoneses no alcanza los mínimos recomendados (15 miligramos al día para los chicos y 18 para las chicas). Según un estudio reciente realizado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, la ingesta media de hierro está en 11,9 miligramos al día en Huesca y Zaragoza y en 12,6 en Teruel.
Esta carencia se debe principalmente al desorden alimenticio de muchos jóvenes, así como a la toma de alimentos que interfieren en la asimilación del hierro, según Marina Magaña, coordinadora de la unidad de adolescencia del Servet. Por ejemplo, la leche y sus derivados. «Es mejor unir alimentos ricos en hierro con otros con vitamina C, que ayuda a su absorción», apunta Juan Revenga, de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Aragón. Además, se asimila mejor el hierro de origen animal que el vegetal.
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