Desde la cuenta @baerzon, alguien que se identificaba como una mujer de 16 años denunciaba en Twitter este domingo haber sido víctima de acoso machista.

Narraba cómo un grupo de tres hombres mayores le habían guiñado un ojo, sonreído, tocado el pelo... en dos locales públicos para luego seguirla a la carrera cuando ella huyó hacia su casa. Uso el pretérito imperfecto porque en la tarde de este lunes los tuits de la cuenta @baerzon pasaron a estar protegidos. Aunque había recibido muchos apoyos, también críticas. Otros usuarios incluso dudaban de la veracidad del relato.

A mí algo me llamó la atención. "Déjanos verte esa camiseta", contaba que le espetaron. Y luego añadía: "Llevaba una camiseta de tirantes blanca". ¿Tan hasta el tuétano nos han metido el machismo que, por si no nos bastara con ser víctimas, sentimos que tenemos que justificarnos cuando lo denunciamos?

Personalmente, no dudo de la veracidad de la historia. Gracias, @baerzon, por haber tenido la valentía de hacerla pública. Ojalá nunca tengas que volver a pasar por algo así; pero si ocurre, intenta quitarte el corsé social: no te expliques. Viste camisetas blancas o negras, camisas, bikinis..., desnúdate si lo crees oportuno. Eso nunca, nunca justifica que alguien te agreda.

Personalmente, no dudo de la veracidad de la historia. En cualquier caso, por desgracia, todos los días hay @baerzon que tienen que soportar actos como ese.