El TEDH ha condenado a España por violar los Derechos Humanos de dos migrantes que fueron devueltos a Marruecos. Se trata de una de las muchas 'devoluciones en caliente' que viene practicando el Estado Español en la frontera sur.

España se podría haber ahorrado el bochorno de una nueva condena por violación de derechos humanos si hubiera atendido las peticiones de colectivos sociales, juristas y académicos, Defensor del Pueblo, Acnur o del Comisario Europeo de Derechos Humanos que venían advirtiendo de su ilegalidad y clamando por su inmediato fin. La obstinación en mantener una práctica ilegal —engañando a la ciudadanía sobre su legalidad con una tramposa modificación de la ley— ha tenido un irreparable coste en vidas, pero también ha degradado nuestra calidad democrática, recortando los derechos de las personas mas vulnerables.

Es el momento de exigir al Gobierno el respeto a la vida y derechos de los migrantes, que ponga fin a la violencia de las devoluciones y que restaure la legalidad en la frontera sur. Pero también es el momento de afear a otras instituciones, entre ellas la Fiscalía General del Estado,  su silencio y su inacción.

El Tribunal Europeo tiene pendiente resolver otras dos demandas por devoluciones en las vallas de Ceuta y Melilla: en ellas los demandantes alegan, además, haber sufrido tratos inhumanos y degradantes. El camino de la justicia no es posible sin el valor de los migrantes que se atreven a denunciar. A ellos: Gracias.