Las pensiones en 1982 eran muy bajas. Para remediarlo, Felipe González financió sanidad y servicios sociales con impuestos, dejando las cuotas solo para pensiones. En 1995 se firmó el pacto de Toledo, que garantizaba que bonificaciones y pensiones no contributivas se pagarían con impuestos. Culminado el proceso, en 2000 se puso en marcha el Fondo de Reserva, que llegó a 15.000 millones con Aznar. Rodríguez Zapatero impulsó la entrada de trabajadores agrarios y empleadas de hogar en el Régimen General, mejoró en más de 200 euros cada pensión mínima, puso orden en la gestión de las mutuas trasladando parte de sus beneficios a la Seguridad Social, incorporó al sistema a becarios, a quienes cuidan a dependientes e incluso a los nuevos empleados públicos, que dejaron de estar en Clases Pasivas.

El fortalecimiento de la Seguridad Social permitió que a pesar de cuatro fortísimos años de crisis, el sistema llegara a finales de 2011 con un Fondo de Reserva creciendo todos los años, de 66.815 millones de euros y 4.850 millones de euros de las mutuas administrados por la Seguridad Social. El déficit de aquel año, el primero desde Aznar, fue de 487,27 millones de euros.

Y en esto llegó Rajoy al Gobierno, con una política opuesta a las de González, Aznar (¡!) y Zapatero. Para empezar, cargó a la Seguridad Social las bonificaciones al empleo (en 2015, más de 3.700 millones de euros). Con su reforma laboral apostó por la devaluación competitiva de los salarios y la inaplicación de los convenios firmados. Sacó de la Seguridad Social a las cuidadoras familiares y a parte de los becarios, y limitó en tiempo, en cuantía y beneficiarios las cuotas de desempleados. Consecuencia: bajaron los ingresos (las cotizaciones en 2015 ingresan 4.000 millones menos que en 2011) y aumentó el déficit. El déficit pasó a 16.707 millones de euros en 2015.

Y el PP sigue diciendo que los socialistas dejamos a la Seguridad Social en la ruina. ¿Cómo se ha pagado todo el déficit generado por el PP de Rajoy desde 2012? Con lo que dejó el PSOE. En los últimos cuatro años el PP ha gastado más de 50.000 millones de euros de estos fondos, y en estos momentos los fondos de las mutuas prácticamente han desaparecido, mientras que el Fondo de Reserva se ha quedado en 32.485 millones de euros. Desde 2012, cada pensionista ha cobrado 6.000 euros de las reservas que dejó Zapatero, que a este ritmo no durarán dos años.

Pero todo este desastre tiene solución. Solo con que el Estado volviera a pagar las cotizaciones de los cuidadores y la Seguridad Social recuperara el dinero de las bonificaciones, la saca del Fondo de Reserva se hubiera reducido a la mitad. Si la Seguridad Social se centra en las pensiones, moderniza la cuota por accidentes de trabajo y reduce otros gastos, puede volver a situarse no sin problemas, pero al menos como en 2011. ¿Es mucho pedir?

Para no tener que incrementar arbitrariamente las cuotas, el PSOE ha planteado que parte de la financiación de las pensiones se haga con aportaciones del Estado. Para que los lectores tengan información, según las últimas cifras de Eurostat las aportaciones públicas en la parte oeste de la Unión Europea son una media del 13,2% del PIB, mientras que en España son del 10,7%. No hace falta llegar al 28,8% de Dinamarca, pero tal vez podríamos acercarnos al 13,3% de Portugal.

Pero el PP dice que la solución es crear empleo. Desde luego, sin empleo no existiría la Seguridad Social. Pero los nuevos empleos, entre bonificaciones y sueldos ridículos, cotizan no 6.000 euros, como los antiguos, sino exactamente la mitad. Harían falta cinco nuevos empleos para pagar cada nueva jubilación. Y el PP tampoco deja que los sueldos suban. Si nos roban la cartera lo denunciamos a la Policía. ¿Qué haremos el 26 de junio con los que se han gastado nuestros 50.000 millones?