La virulencia de los enfrentamientos internos en el PSOE, propia de otras épocas, puede mover al pesimismo a los electores, abochornados por las últimas semanas y días. No obstante, ni esto ha sucedido sólo en el PSOE (recordamos a Hernández Mancha o a Carrillo) ni sólo en España.

El PSOE necesita concitar un programa común de izquierda (sin independentistas) para volver a ser útilEn toda Europa, la socialdemocracia está en decadencia, conforme ha perdido peso social y económico la clase obrera. Los partidos que antes superaban el 40% en votos hoy oscilan en torno al 20%, de Dinamarca a España. Los intentos en el este de Europa no han fructificado, y otros partidos han desaparecido o casi, como el italiano, el irlandés o el griego.  Además, en España la crisis llevó al PSOE además a tomar medidas impopulares que le pasaron factura electoral. A partir de la entrada en la oposición, tuvo que lidiar con la aparición de nuevas formas políticas, y  se generó un doble discurso.

El PSOE ha podido mantenerse en ayuntamientos y Comunidades Autónomas: dónde la izquierda ha tenido mayorías, la derecha ha pasado a la oposición. Pero en el Gobierno nacional es más difícil articular una alternativa, y hacerlo con el concurso de fuerzas que aspiran a demoler el Estado era una pirueta.

Las cúpulas del partido reciben presiones económicas, de los periódicos de pago de Madrid, con direcciones perfectamente intercambiables, y de los sectores preocupados por un gobierno con Podemos o con apoyos independentistas. Los militantes tienen su entorno en la nueva izquierda, que insta al PSOE al no y a la alternativa.

En toda Europa, la socialdemocracia está en decadenciaHe sido parlamentario 19 años, y no acepto que su única función sea elegir al Presidente de Gobierno. Creo pues que nos equivocamos: el 20-D debimos pedir al PP un nuevo candidato y anunciar que el PSOE pasaría entonces a la oposición. Desde entonces no hemos hecho sino retroceder.

Pero a medio plazo el pensamiento estratégico me guía en otra dirección: el PSOE necesita concitar un programa común de izquierda (sin independentistas), para volver a ser útil. Por esto, la tarea muy difícil de la gestora es explicar que, como en toda Europa, debe gobernar el ganador aparente  para a continuación votar en contra de Rajoy en presupuestos, reformas educativas y de pensiones, etc, hasta hacerlo caer. Así el Gobierno volverá a desgastarse, y la oposición volverá a plantear alternativas. Ojala el PSOE pueda encontrar credibilidad frenando las políticas del PP y no dejando más tiempo la política en el limbo.