Lo llaman "flexibilidad horaria" aunque te hacen trabajar a destajo. Te venden que serás "tu propio jefe" pero tú sabes que eres un falso autonómo. Te prometen "un dinero extra" y luego no ves más que una limosna. Y, para colmo, te llaman privilegiado porque "muchos querrían este empleo". El trabajo 3.0 se extiende con los repartidores a domicilio. Pero no, no es trabajo. Es la nueva esclavitud.
OPINIÓN14.12.2017 - 06:46h
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