NAGUA ALBA. DIPUTADA DE PODEMOS POR GUIPÚZCOA
OPINIÓN

Sabor agridulce en Euskadi tras el 26-J

Nagua Alba, diputada de Podemos por Guipúzcoa.
Nagua Alba, diputada de Podemos por Guipúzcoa.
NAGUA ALBA
Nagua Alba, diputada de Podemos por Guipúzcoa.

La noche electoral del 26 de junio tuvo un sabor agridulce en Euskadi. Mientras nos invadía la alegría por los excelentes resultados locales, la desazón aumentaba según avanzaba el escrutinio estatal.

Tras una noche electoral siempre se apresuran los análisis y todo el mundo resulta ser un gran experto en la materia, especialmente cuando el resultado no es el esperado. En el caso de Unidos Podemos, tendría poco sentido atender al conjunto sin analizar primero qué se ha hecho y qué ha pasado en cada una de las comunidades autónomas. Hasta que este análisis por territorios no esté maduro, no podremos aventurarnos a explicar los resultados.

Ahora bien, hay cifras y porcentajes que hablan por sí solos. Euskadi ha sido, sin duda, una excepción en un claro retroceso electoral. Podemos Euskadi no solo ha reeditado su victoria del 20D, sino que ha mejorado sus resultados, obteniendo un escaño más en el Congreso y otro en el Senado y ganando, esta vez, en los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), en votos y en escaños.

La experiencia vasca, que contaba en sus listas con candidatos y candidatas de Equo, Podemos e IU, nos indica precisamente el camino. El debate no es si la confluencia "sí" o la confluencia "no". El debate es la confluencia "cómo". Contábamos con un diseño de campaña estatal que abría mucho juego y que nos permitía construir mensajes adaptados a cada uno de los territorios, trazar fino. Pero también nos obligaba a elegir entre dos caminos: dirigirnos a los ya convencidos, quienes acudían a nuestros mítines y gritaban "sí se puede" al vernos pasar por la calle; o por el contrario, hablarles a ellos, pero para que movilizaran a otros, para que después fueran al bar y lo comentaran con sus amigos, para que llegaran a cenar a casa y contasen lo que habían oído en la televisión o para que debatieran con los compañeros de trabajo. En definitiva, hablarle también a los convencidos para que convencieran a los que faltaban.

En Euskadi decidimos seguir ese camino marcado el 20D, el de la "remontada", el de sumar a los que faltan. Hemos hecho una campaña electoral con mensajes y símbolos con los que era fácil identificarse, que invitaban a sentirse parte a amplios sectores de la sociedad vasca, aunque se viniera de votar una cosa o la otra, y que ayudaba a disolver el efecto del voto del miedo que los partidos tradicionales agitaban. Hemos podido ampliar el repertorio de mensajes y apuntar a los problemas que la ciudadanía vasca consideraba más importantes. El diseño de la campaña nos permitía ampliar el espectro de los debates e introducir cuestiones relativas a la falta de oportunidades, a la dificultad para conciliar, a la igualdad, a la necesidad de un cambio de modelo productivo o a la política internacional (el TTIP o la crisis de los refugiados) abordándolos desde la ilusión y mirando al futuro. Hemos hablado a tres generaciones, y hemos invitado a abuelas, madres e hijas a ir a votar juntas.

La sociedad vasca es una sociedad plural y muy compleja, una sociedad que ha sufrido mucho, pero que precisamente por ello ansía avanzar y mira hacia delante. Hemos sabido esquivar las etiquetas gruesas y la apelación al miedo comportándonos como lo que somos, un pueblo diverso y plural capaz de construir una alternativa para mayorías en el marco de un país de países.

Pero aquí no terminan los retos, en pocos meses nos enfrentamos a unas elecciones vascas, unas elecciones históricas, donde por primera vez no se va a dirimir quién apoyará un gobierno del PNV, sino quién gobernará en Euskadi los próximos cuatro años: el PNV o Podemos. Debemos construir un proyecto a la altura de la confianza depositada, aquí está el comienzo de una mayoría social nueva y de una alternativa de gobierno para nuestro pueblo.

Toca mirar hacia adelante y avanzar en otras dos cuestiones fundamentales, que vienen tiempo siendo anunciadas y defendidas en Podemos, pero que tienen hambre ya de materializarse: una descentralización más pronunciada de Podemos para asentarse más y mejor en la diversidad territorial de nuestro país y el reconocimiento de una especificidad nacional propia que se vea representada a nivel de grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados.

Tenemos por delante unas semanas de reflexión intensa, nos toca aprovecharlas para crecer y seguir construyendo. Estamos orgullosos de Podemos Euskadi y creemos que pueden extraerse lecciones de esta experiencia.

Artículo relacionado:

Mostrar comentarios

Códigos Descuento