ARTURO GÓMEZ QUIJANO. PROFESOR ASOCIADO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN DE LA UCM
OPINIÓN

Un debate para 4º de Periodismo

Arturo Gómez Quijano.
Arturo Gómez Quijano.
A.G.
Arturo Gómez Quijano.

Creo que la universidad es debate, lo demás está en Google. En nuestras clases de #4PeriodismoUCM dedicamos uno de los dos días de clase semanales a debatir la actualidad. Si algún profesional tiene que saber escuchar los dos lados de una historia, ése es el periodista. Hoy nos sobran "periodistas" de un solo lado.

Si en estos días tuviéramos clase se organizaría un encendido debate. De un lado estarían los alumnos que defienden que "las víctimas tienen derecho a su intimidad". Que no se puede usar su sufrimiento para ilustrar nuestras noticias. Otros puntualizarían que, además, no es necesario hacerlo. Que "se puede informar sin violar la intimidad" de quienes han sufrido un ataque terrorista. Los más leídos, siempre más tímidos escondidos detrás de sus portátiles, acabarán precisando: "La BBC no lo hace". "Y es el medio más prestigioso", remata el oportunista. Otra recuerda el lugar común del #11S "donde no hubo ninguna imagen de ninguna víctima".

El profesor entra también en el debate y recuerda que "sí que hubo imágenes de víctimas", como la del "Hombre que cae", que se convirtieron en iconos del atentado y que conmovieron al mundo. También comenta que en muchos países sólo se permite informar de terrorismo a determinados periodistas, formados por los gobiernos. El problema es que "un objetivo del terrorismo es hacer llegar su mensaje" al mayor número de personas. Buscan la notoriedad que les ayude a difundir su terror y sus ideas. Matar inocentes les ayuda mucho a ello. Para evitarlo se entrena a los periodistas para que "no utilicen el relato de la realidad de los terroristas", su marco, su lenguaje, sus reivindicaciones. Si lo haces, al final te encuentras trabajando sin querer para ellos.

Del otro lado, también intervienen. Pero… ¿qué nos han enseñado en la facultad? "Si no hay imagen no hay noticia". El derecho a la intimidad es legítimo, pero el derecho a la información es más importante. Si no ofrecemos las imágenes estamos negando a los ciudadanos saber qué ha pasado, cuál es la gravedad de lo ocurrido, en qué han convertido nuestras calles. Hemos de ofrecer las imágenes con toda su crudeza y que la gente juzgue. En esos momentos de terror no se le puede hurtar la realidad a la opinión pública. Estaríamos manipulando. Hay una cierta sobre protección a los ciudadanos, tratándolos como adultos inmaduros, al no ofrecerles imágenes que puedan herir su sensibilidad y para ahorrarles emociones de rabia, dolor o miedo.

Al fondo, un alumno que no suele participar se anima a decir algo. Las opiniones de sus compañeros han activado la suya. "Es una guerra de propaganda". Los gobiernos utilizan ese terror para su propio beneficio, para su propia campaña. Usan esas imágenes para sus fines particulares, consiguiendo una población atemorizada, inclinada a admitir un Gobierno con más poderes, más policíaco, con menos garantías. Ciudadanos dispuestos a renunciar a sus libertades a cambio de una deseable seguridad.

"Hay un problema de fuentes", dice una alumna que hasta ahora había pasado desapercibida en la clase. Solo tenemos la información de una fuente, que es la policía. Es una fuente interesada y dirigida por el Gobierno, siempre preocupado en tener una buena imagen pues es una de las causas directas del voto ciudadano. Les puede ayudar en su popularidad y en su reelección. Hay que tener otras fuentes independientes.

"A los medios les viene muy bien el terrorismo", suelta un alumno de repente como una bomba en la clase. Las grandes fortunas de la prensa se han hecho en las guerras. Seguro que las audiencias se han disparado en estos días.

Ésta es la esencia del debate, y del periodismo, escuchar los dos lados. Los norteamericanos, como nos recuerda siempre Carlos Salas, dicen: "Si tu mamá te dice que te quiere, compruébalo por otra fuente".

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