Acabamos un 2016 convulso, políticamente hablando, en Cataluña. Empezamos sin presidente y acabamos con un presidente que ya ha tenido que superar una cuestión de confianza y que encara el 2017 con un posible referéndum y unas elecciones aseguradas en el horizonte. Pendientes además de aprobar unos presupuestos que, el año posible al Govern no le fue posible ni tramitar, y que este año por lo menos se debatirán en el Parlament aunque ya veremos si finalmente superan el examen de la CUP.

Mientras, el Parlament ha ido aprobando -con los votos de JxSí y de la CUP, y a veces de los 'comuns'- la hoja de ruta hacia de independencia de Cataluña. Un camino que el Gobierno ha ido recurriendo a cada paso ante el Tribunal Constitucional y que ha llevado a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, a declarar ante el TSJC hace tan solo una semana y al president Puigdemont y a los consellers de su Govern se les ha notificado que deben impedir el desarrollo de la resolución independentista del 9-N de 2015 suspendida por el TC.

Y en paralelo, diferentes llamadas apuntan a un posible deshielo en las relaciones entre el Gobierno de Rajoy y el de Puigdemont. Rajoy ha llamado a Puigdemont, aunque no han concretado cita, y Oriol Junqueras ha revelado que 'mantiene contactos' con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Así las cosas ¿será posible que coincida el invierno con el deshielo en Cataluña?