CARMELO ENCINAS. PERIODISTA
OPINIÓN

El beso de España

Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.

Era un pasodoble de postguerra. Su titulo, 'el beso de España', e iba empotrado en una revista musical estrenada en 1947 bajo el pretencioso apelativo de La estrella de Egipto. Pretencioso porque parecía anunciar una historia cargada de exotismo cuando lo que relataba en realidad eran las peripecias y lazos sentimentales entre actores  durante el rodaje de una película española. Su autor, Fernando Moraleda, tuvo el honor de contar con la súper star de la época, Celia Gámez, en el estreno. De aquel musical muy pocos se acuerdan pero el pasodoble del beso,  que cantarían después todos los coplistas que en España han sido, está aún grabado en la banda sonora de millones de españoles. Su soniquete me ha venido  a la cabeza tras leer una  de esas informaciones  científicas sobre la importancia de los besos en la salud de los humanos. Y es que pensábamos que un beso no tiene demasiada complejidad y miren por donde hay casi 10.000 terminaciones nerviosas que intervienen en un simple ósculo.

Claro que hay besos y besos, y ahí es donde me viene a la mente lo del famoso pasodoble en el que se invoca la singularidad del beso made in Spain. Dice la letra de la coplilla  que solo en España "el beso encierra armonía, sentido y valor". O lo que es lo mismo, que por ahí fuera los besos eran  poco menos que guarrerías. Hay que recordar que en el 47 nuestro país estaba aislado del mundo por el bloqueo de las potencias que ganaron la Segunda Guerra Mundial y todavía constituíamos la reserva espiritual de Europa. Así se explica que el autor distinguiera entre el "beso de hermano, el que se da en la mano y el de amor", para concluir que "la española cuando besa es que besa de verdad y que a ninguna le interesa besar por frivolidad". Era mucho decir, incluso entonces, pero la reafirmación nacional exigía tales exageraciones.

Ahora los besos con lengua se imparten con más  generosidad en nuestra patria y hay  estudios como el realizado por  la Universidad de Oxford que revelan la importancia que ese primer contacto húmedo tiene para determinar la idoneidad de la posible pareja. Es decir que te la puedes jugar en el primer morreo.  Y no solo eso, el beso tiene consecuencias para la salud y la mayoría buenas. Para empezar, ejercita la treintena de músculos que tenemos en la cara y acelera el corazón casi tanto como correr, siendo, desde luego, bastante más placentero. Alguno pensará que el intercambio de millones de bacterias que fluye en el esgrima de lenguas puede resultar arriesgado y, sin embargo, los investigadores corroboran que las personas que besan más viven más, a parte de ser obvio que lo pasan mejor.

Hoy, 70 años después del estreno de La Estrella de Egipto en el Teatro Alcázar, es fácil ver en el Metro a cualquier pareja explorándose mutuamente el esófago sin el menor pudor.  No solo el país cambió, también 'el beso de España' ha mejorado en cantidad y calidad.

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