ANDRÉS ABERASTURI. PERIODISTA
OPINIÓN

La Cup no engaña a nadie

Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.

Con la CUP está pasando lo mismo que con Podemos o sea, cuando nació, antes de que cambiaran Finlandia por Venezuela y mucho antes de que decidieran darle ese toque Agatha Ruiz de la Prada a su programa estampando sobre el «moraó de las banderas» -que cantaba Sabina- corazones y sonrisas. Fue entonces, en aquella primera época cuando la Puerta del Sol se llenó de indignados que querían tomar por las bravas el Congreso y abolir la Constitución. La mayoría de los medios y prácticamente todos los partidos trataban de empatizar con aquel movimiento pero, eso sí, les exigían que en lugar de protestar en la calle cambiaran el sistema desde dentro, que esas no eran formas y que así no se iba a ninguna parte. Vale.

Y en esas llegó Podemos a Europa primero y a los municipios después pasando por las urnas con un discurso -aquel primer Podemos, insisto- que resultaba incendiario para los de siempre que se quejaban de las desmedidas medidas que predicaban Pablo Iglesias y los suyos. ¿Pero en qué quedamos? ¿No querían que los de la Puerta del Sol se organizaran como partido e intentasen el cambio desde dentro? Pues ahí estaba Podemos del que se podía disentir o no, acusar de populismo, de culto al líder, de no tener ni a un obrero en sus filas, de proponer imposibles... da igual. Fueron los de siempre los que reclamaban juego limpio a los protestantes para luego llevarse las manos a la cabeza cuando un grupo de profesores de Políticas aglutinó dentro del orden establecido parte de ese espíritu de la Puerta del Sol.

Pues con la CUP pasa lo mismo sólo que peor. Porque Podemos surgió de la noche a la mañana y su éxito cogió a contrapié a la mayoría. Pero la CUP estaba más que presente en Cataluña con vocación hasta ahora sólo municipalista y un programa de sobra conocido por todos aunque sin un gran éxito electoral. Pero nadie se puede llamar a engaño sobre estos movimientos que han dejado claro su programa una y otra vez.

¿Y cuál es su programa? ¿Por qué no aprueban los presupuestos del Gobierno catalán y ponen en una situación tan delicada a los compañeros de viaje? Pues sencillamente porque la CUP es la única que no ha cambiado y en todo caso el error no es suyo sino de quienes admitieron su apoyo para llegar al poder.

Lo que quiere la CUP, lo que siempre ha querido, es una república independiente en Cataluña, salir de la Unión Europea y de la OTAN, la «colectivización de la propiedad privada», la nacionalización de la banca sustentadas con dinero público, no pagar la deuda 'ilegal', la nacionalización y autogestión de los sectores estratégicos y así hasta llegar a la «alimentación sana para todos: sin transgénicos ni productos químicos de síntesis». Se siente, pero la CUP lo tiene clarísimo y si alguien ha querido pactar sin leer su programa que no se lamente ahora.

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