Un jurado popular enjuicia desde este miércoles en la Audiencia Provincial de Granada a una joven acusada de matar a golpes a la mujer para la que trabajaba como empleada del hogar, a la que reclamaba el pago de algunas horas que consideraba que se le adeudaban. Los hechos, por los que se enfrenta a una pena de once años de prisión, tuvieron lugar el pasado 25 de enero de 2010 en el domicilio de la fallecida, que entonces tenía 64 años, en la calle Cuesta de Escoriaza, en Granada capital.

Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, la procesada, de iniciales F.H.M. y 27 años, se presentó en la mañana de aquel día en la vivienda de M.M.J.B., que se negó a pagarle la supuesta deuda que le exigía. Entonces, la trabajadora se marchó, aunque regresó más tarde, sobre las 15,00 horas, para seguir insistiendo en que se le pagase en ese momento, recibiendo una nueva negativa de la mujer, que le instó a esperar hasta final de mes.

Entonces, antes esas reiteradas negativas a pagar lo debido, la imputada transformó su petición en "firme exigencia" y llegó incluso a poner las manos sobre M.M.J.B., a la que tomó por los brazos y zarandeó en un forcejeo que la llevó a pedir auxilio.

En el transcurso de ese forcejeo, continúa el fiscal, la procesada cogió a la mujer por el pelo y tomó un jarrón de cristal "en el propósito de silenciar a su oponente a costa de acabar con su vida" y la golpeó en la cabeza hasta en cuatro ocasiones, lo que provocó que el jarrón se rompiese y su víctima se desplomase.

M.M.J.B. intentó zafarse de su agresora y abandonar el domicilio para demandar socorro, pero su joven empleada tomó una figura de mármol con forma de elefante con la que le propinó un nuevo golpe en la cara y otro más en la cabeza hasta causarle la muerte, impactos que le desfiguraron completamente el rostro y le causaron el hundimiento del cráneo.

Tras la agresión, F.H.M. corrió a la habitación de la fallecida, donde rebuscó en los muebles del dormitorio hasta encontrar varias cartillas y libretas de ahorro y un total de 78,20 euros en metálico, además de una tarjeta bancaria. De estos documentos no pudo disponer sin embargo, puesto que varias dotaciones policiales llegaron al domicilio, donde la inculpada fue encontrada escondida en un armario.

Una vez detenida, se le intervinieron los 78,20 euros en metálico y la tarjeta bancaria de la mujer para la que trabajaba, que ha dejado como único sucesor legítimo a su hermano.

La Fiscalía considera que los hechos integran un delito de homicidio y una falta incidental contra el patrimonio en su modalidad de hurto, por los que se enfrenta a once años de prisión y multa de 120 euros. Además, de ser condenada, la joven deberá indemnizar al hermano de la fallecida en 65.000 euros y en otros más de 5.700 euros por los gastos de enterramiento.