Fomento sellará la brecha en cinco ciudades del sur de Madrid al soterrar el Cercanías

  • Los alcaldes y el ministro dan el primer paso para eliminar los 20 km de vías de Cercanías que cruzan Alcorcón, Móstoles, Leganés, Fuenlabrada y Getafe.
  • En su lugar habrá parques y dotaciones.
Túnel bajo el tren entre el barrio San Nicasio y el centro de Leganés.
Túnel bajo el tren entre el barrio San Nicasio y el centro de Leganés.
JORGE PARÍS
Túnel bajo el tren entre el barrio San Nicasio y el centro de Leganés.

A las seis de la mañana se despiertan con el ruido del tren, un muro de hormigón les aísla del resto de sus vecinos y para ir al trabajo, al colegio o al supermercado deben subir por una pasarela o cruzar un túnel bajo las vías. El Cercanías parte en dos los municipios de Alcorcón, Móstoles, Leganés, Fuenlabrada y Getafe, marcando el día a día de sus 1,2 millones de habitantes. Sin embargo, el cierre de esta brecha está ahora más cerca: el ministro de Fomento, José Blanco, y los cinco alcaldes de estas ciudades firmaron este martes un protocolo de colaboración que supone el primer paso para el futuro soterramiento de las vías.

El convenio llega después de casi dos décadas de reivindicaciones por parte de los municipios del sur. Mediante el acuerdo, Fomento se compromete a "definir alternativas" para que el tren deje de atravesar sus calles. Para ello, se realizarán obras en 20 kilómetros de vías de las líneas C-3 (a su paso por Getafe) y C-5 (un ramal pasa por Alcorcón y Móstoles, y otro, por Leganés y Fuenlabrada).

Unos 1.000 millones

La mayor parte de esos trazados se esconderán bajo tierra, aunque tampoco descartan dejar algún tramo en superficie y desviarlo fuera de los cascos urbanos. De momento, el acuerdo no incluye fechas ni presupuestos, aunque fuentes municipales calculan que se necesitarían 1.000 millones de euros y que la obra podría iniciarse la próxima legislatura.

Además, estudiarán la fórmula de financiación más viable: la principal opción pasa por negociar con la iniciativa privada, para que pague parte de la obra a cambio de suelo edificable en los terrenos liberados, con un esquema similar al de la recién aprobada operación Chamartín.

En el espacio que dejen los raíles está prevista la instalación de parques y bulevares para unir los barrios que ahora están aislados. Además, los ayuntamientos implicados quieren construir dotaciones públicas (polideportivos y centros educativos), zonas de ocio e infraestructuras de transporte, como el tranvía que planean en Alcorcón o los viales de conexión entre barrios que proyectan en Leganés. Tampoco se descarta la urbanización de parte del suelo con edificios de viviendas u oficinas.

Además del ruido y del impacto antiestético, las vías suponen una barrera social entre vecinos de un mismo municipio. Es el caso del barrio San Nicasio, separado por completo del resto de Leganés; de Las Retamas, en Alcorcón; o del futuro desarrollo de Los Molinos, en Getafe.

Barrios aislados por un muro de hierro

Los habitantes del sur viven a espaldas de sus vecinos, entre ruidos, catenarias y cruces peligrosos. Los vecinos del sur todavía no se creen que las vías vayan a desaparecer. "Llevamos aquí 40 años, soportando el ruido del tren y apartados del resto de la ciudad. Ya hemos oído esta promesa muchas veces, no sé si creérmelo", dice con desconfianza Antonio mientras cruza con su mujer el túnel que separa el humilde barrio San Nicasio del resto de Leganés.

Este paso es la única forma de cruzar al otro lado de las vías. Por arriba pasa el tren, y por debajo, los coches y los peatones comparten una estrecha galería. Una de las vecinas, María José, está ya "harta de pasar debajo de las vías, con el carro del bebé y con la compra es un infierno. Si hicieran un parque estaría mucho mejor, por supuesto", apunta. "Es necesario que quiten ya esto de aquí, ahora al menos hay vallas, pero aún es un peligro", se queja Calisto Domínguez.

No están mucho más contentos en Alcorcón. Las viviendas quedan al este de las vías, y el hospital, los colegios y los institutos, al otro lado. La pasarela de hierro que cruza sobre las vías está siempre concurrida. María Jesús, una chica embarazada, se dirige al hospital porque no tiene "más remedio. Pasar por aquí es muy incómodo, con un carro es imposible, y cuando llueve ni te cuento". Lo mismo opina Candelaria: "Esto es peligroso y antiestético". De hecho, en la medida de lo posible evitan atravesar las vías: "Hago toda mi vida en la otra parte. A mi hijo le toca este colegio por cercanía, pero lo llevo a otro centro para que no cruce solo por aquí. Para mí esta parte es otro mundo".

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