El acusado del doble atropello podría haber alcanzado los 128 km/h tras saltarse un semáforo

El acusado hace uso de su última palabra para defender que "no las vio" y que no es un asesino

Fernando Vargas, el acusado de atropellar mortalmente a dos jóvenes en el Paseo Colón de la capital hispalense en la pasada Semana Santa de 2010, podría haber alcanzado una velocidad de 128 kilómetros por hora en el momento del atropello y, al menos, se habría saltado un semáforo en rojo, el anterior a donde tuvo lugar el suceso, según el informe pericial realizado por la Policía Local en cuanto a la secuencia de los tres semáforos ubicados en esa zona.

El Juzgado de lo Penal número 8 de Sevilla ha acogido en la mañana de este viernes la tercera y última jornada del juicio contra el acusado, quien antes de que la vista oral quedara vista para sentencia ha querido hacer uso de su última palabra para defender que "no vio" a las víctimas, que "no es un asesino" y para pedir disculpas a las familias de las fallecidas, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

Antes de ello, los agentes de la Policía Local han realizado una reconstrucción en vídeo y también gráfica de la secuencia de los tres semáforos ubicados en la zona, como son el ubicado justo en la esquina del edificio Cristina, junto al MC Donald; el situado en el cruce con Almirante Lobo y, por último, el semáforo de la Torre del Oro donde tuvo lugar el atropello de Almudena González y Patricia Alfaro.

Pues bien, los agentes policiales han puesto de manifiesto que si, el primer semáforo estaba en ámbar intermitente, como defiende el acusado, los dos siguientes estarían en rojo obligatoriamente. Asimismo, si el primero estuviera en ámbar fijo, el segundo estaría en rojo y el tercero también en ámbar, por lo que el acusado tendría que haber circulado a 128 kilómetros por hora para sobrepasar el primero en ámbar y el tercero también en ámbar —saltándose de este modo el segundo—, pues la distancia entre ambos es de 88,97 metros.

De este modo, y siempre según la versión más favorable al procesado, los agentes han señalado que Fernando Vargas habría alcanzado los 67,85 kilómetros por hora, pero han precisado que la velocidad "más real" sería la de 128 kilómetros por hora para alcanzar el tercer semáforo en ámbar fijo. En ese supuesto, además, las dos fallecidas habrían comenzado a pasar el paso de cebra estando este en roja para ellas, aunque "no está claro" si en el momento de la colisión ya estaba en verde para los peatones.

Si hubiera ido a 50 KM/H,

No estarían muertas

En la jornada de este viernes también ha comparecido un técnico en reconstrucción de siniestros, quien ha precisado que, teniendo en cuenta todas las circunstancias, el Renault Clío donde viajaba el imputado iría a una velocidad "mínima" de 86,57 kilómetros a la hora, aunque "la velocidad real se situaría un 5/10 por ciento por encima", al tiempo que ha dado cuenta de que, si el procesado hubiera circulado a 50 km/h, las lesiones causadas hubieran sido "menos letales y graves".

Así, este experto ha puesto de manifiesto que si hubiera ido a 50 kilómetros por hora ni Patricia ni Almudena "hubieran fallecido y sólo hubieran sufrido fracturas y hematomas". Además, ha indicado que la zona donde tuvo lugar el atropello "tiene buena visibilidad" y que las fallecidas comenzaron a cruzar en verde para los peatones. "Me queda muy claro que empezaron a cruzar con el semáforo en verde", ha apostillado, para a continuación precisar que el primer semáforo estaba en ámbar y los otros dos —incluido aquel donde se produjo el siniestro— en rojo.

Una vez ha concluido su intervención, el abogado que defiende a Fernando Vargas ha comenzado a realizar una serie de preguntas que han provocado que el padre de Patricia, José Alfaro, protestara airadamente y recriminase a la juez que no llamara la atención al letrado, lo que ha motivado que sea expulsado de la sala. "Es indignante, no se pueden consentir estas estupideces", ha aseverado.

La juez rechaza imputar a la madre

También ha comparecido la perito que analizó los restos biológicos del vehículo implicado en el atropello, quien ha señalado que en el asiento del piloto, concretamente en el volante, el cinturón de seguridad, la palanca de cambios y en la maneta interior de la puerta del conductor, únicamente se encontraron restos biológicos de Fernando Vargas, mientras que en el lugar del copiloto no se hallaron restos del imputado. "Lo más normal es que en el asiento del piloto aparezca el perfil de la persona que habitualmente coge el vehículo", ha indicado.

Tras ello, el letrado que ejerce la acusación particular en nombre de la familia de Almudena González, Alberto Setién, ha solicitado a la juez la imputación como cooperadora necesaria de la madre de Fernando Vargas, ya que entiende que le dejaba coger el coche a pesar de saber que tenía retirado el carné de conducir. No obstante, la juez ha rechazado la solicitud planteada, pues hay que recordar que la Sección Séptima de la Audiencia Provincial ya decretó el sobreseimiento libre para esta mujer.

Por último, en la jornada de este viernes también ha comparecido un policía local, experto en automoción, que fue el que analizó el vehículo tras el siniestro, y ha dicho que el coche sufrió un fuerte impacto en la parte delantera que originó la rotura del manguito que surte de gasoil al motor. "Un vehículo no puede funcionar con esa tubería rota", ha aseverado el perito, quien ha descrito que, a más velocidad, más metros tarda el coche en parar. Hay que recordar que el vehículo se paró a 200 metros del impacto, y que Fernando siempre ha defendido que se paró voluntariamente y que, por tanto, no se quiso dar a la fuga.

Tras ello, todas las partes personadas han elevado a definitiva sus conclusiones, a excepción de la acusación particular ejercida por los padres de Almudena, que han solicitado incluir a la madre de Fernando Vargas como responsable civil solidaria, ya que "era conocedora de que su hijo conducía habitualmente el vehículo" a pesar de tener retirado el permiso de circulación.

Según el fiscal,

"dos muertes son muy baratas"

De su lado, la Fiscalía ha elevado a definitiva su petición de nueve años y seis meses de cárcel y el pago de una indemnización de 96.869,86 euros. Así, solicita cinco años de prisión por los dos delitos de homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria; cuatro años de cárcel por un delito de omisión del deber de socorro, y seis meses de prisión por un delito contra la seguridad vial derivado de conducir sin tener en vigor el permiso de conducir.

Así, el fiscal de Seguridad Vial, Luis Carlos Rodríguez León, ha argumentado que con las pruebas practicadas durante la instrucción y el acto del juicio oral "ha quedado suficientemente clara la participación del acusado", tras lo cual ha criticado que, con la Ley en la mano, "dos muertes salen muy baratas". Ha añadido que el procesado "no tenía intención de parar en ninguno de los semáforos" y que" no cumplió ninguna norma de circulación".

Respecto al hecho de que el acusado defendiera que únicamente consumió dos cubatas de ron con Coca Cola, a pesar de lo cual en la prueba de alcoholemia que le fue realizada tras el accidente mortal —una vez transcurridas cinco horas— dio positivo por 0,51 gramos por litro de aire expirado, el fiscal ha ironizado diciendo que "es posible que fueran dos copas de tamaño de cubo de fregona".

Las acusaciones particulares que ejercen las familias de Patricia Alfaro y Almudena González han solicitado para el procesado 36 años y 12 años y seis meses de cárcel, respectivamente, mientras que su defensa ha pedido la absolución. Tras todo ello, el juicio ha quedado visto para sentencia.

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