Jerez de los Caballeros, la guarida final de los templarios

A pesar de su reducido tamaño, Jerez de los Caballeros cuenta con un patrimonio de gran riqueza y variedad como resultado de las diversas culturas que se asentaron en este emplazamiento a lo largo de la historia.

Fenicios, romanos, musulmanes y cristianos habitaron el lugar, pero fueron los caballeros de la Orden del Temple los que dejaron mayor impronta. De hecho, son los protagonistas de la leyenda más conocida de la localidad pacense, que data de 1312.

En aquel año, el Papa Clemente V dictó una bula que ordenaba la disolución de la orden por “sacrilegio a la Cruz, herejía, sodomía y adoración a ídolos paganos”. Los últimos templarios que quedaban en la Península se atrincheraron en la torre del Homenaje de la fortaleza de Jerez, donde fueron degollados y arrojados desde las almenas por las tropas Fernando IV, ‘El Emplazado’. Desde entonces, por motivos obvios, la torre del Homenaje se conoce como la torre Sangrienta.

Sin embargo, otra versión de este episodio histórico señala que los últimos 33 caballeros de la orden, asediados por sus enemigos, se arrojaron al vacío a lomos de sus caballos.

De origen musulmán, como demuestran los rasgos árabes que se aprecian en su interior, la fortaleza de los Templarios es uno de los grandes atractivos turísticos del municipio extremaño, declarado Conjunto Artístico-Monumental en 1966.

Situada en lo alto de la villa, ofrece una vistas espectaculares del entorno, ya que Jerez está situada en una prominencia del terreno que se eleva a una altura media de 500 metros sobre el nivel del mar.

En la parte baja de la localidad se encuentra la muralla, obra de los Templarios, de la que sólo se conservan dos de las seis puertas originales: la Puerta de la Villa y la Puerta de Burgos.

La arquitectura religiosa (iglesias, ermitas y conventos de distintas épocas) abunda en Jerez de los Caballeros. De hecho, la estampa más famosa de la localidad está protagonizada por las torres barrocas de las iglesias de San Bartolomé, San Miguel, Santa Catalina o Santa María de la Encarnación, que se elevan a más de 60 metros de altura dando forma al ‘skyline’ de Jerez.

Un paseo por las calles de la villa también permite contemplar notables ejemplos de palacios y casa señoriales que denotan el esplendor que vivió Jerez, sobre todo en la época renacentista. Destacan el Palacio de la Vicaría (hoy alberga el Museo de Arte Sacro), el Palacio del Bachiller Juan Martínez de Logroño y el Palacio de Rianzuela.

La Semana Santa de Jerez de los Caballeros es una de las más bellas y afamadas de Extremadura, lo que le ha valido el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Regional.

Otros eventos muy recomendables son el Salón del Jamón Ibérico, que congrega a miles de personas en primavera, y el Festival Templario, una actividad que se celebra en el mes de julio y engloba mercadillos, conciertos, representaciones teatrales y conciertos.