El presidente de la Asociación de Industrias Químicas y Básicas de Huelva (AIQB), Miguel Palacios, se ha mostrado convencido de que el futuro del sector en la provincia pasa por aspectos "claves" como la innovación o la adaptación de las empresas a lo que la sociedad demanda de ellas, por lo que ha defendido que la industria onubense es "compatible" con otros sectores económicos como el turismo.

En una entrevista concedida a Europa Press, Palacios ha explicado que el sector industrial no se ha quedado obsoleto debido a dos razones fundamentales. De un lado, los productos que se ponen en el mercado son de "absoluta vigencia", tales como la energía eléctrica, gasóleos, gas natural, cobre o fertilizantes, y por otro, según ha matizado Palacios, los procesos productivos son "competitivos".

En este sentido, ha puesto como ejemplo la planta de Atlantic Copper, —de la que Palacios es director general de Metalurgia—, donde se usan las mismas tecnologías "de vanguardia" que en las seis refinerías de cobre de Europa, situadas en Alemania, Suecia, Finlandia, Bulgaria y Polonia, así como ha señalado la ampliación de Cepsa o la tecnología utilizada por Enagás, "la más moderna planta regasificadora de Europa", o bien los ciclos combinados de Endesa, por citar algunas.

De este modo, ha incidido en que si los productos siguen siendo "actuales y necesarios" y las tecnologías de fabricación son las "más modernas", manteniéndose o en ocasiones incrementándose las cifras de inversión, "¿sobre qué base cabría pensar que nuestra industria se está quedando obsoleta?", se ha preguntado.

No obstante, preguntado por las claves para el futuro del sector, Palacios ha destacado la importancia de la innovación, la cual considera "el mejor arma" para ser competitivos frente a los países emergentes y para ser capaces de exportar "cuanto más mejor".

En esta misma línea, ha hecho hincapié en la necesidad de que las administraciones sean "suficientemente sensibles" como para fomentar entornos en los que "competir en igualdad de condiciones". Se trataría de políticas energéticas coherentes o mercados laborales equilibrados.

Por último, ha insistido en la importancia de que "las empresas se adapten a lo que demandan la sociedad de ellas, como la responsabilidad social, transparencia o ética en la forma de ejercer la actividad".