Los hermanos Coen: "Haremos cantar y bailar a Bardem"

  • Los hermanos más célebres del cine estrenan 'Valor de ley'.
  • De eso y de otras cosas nos hablan en esta entrevista.
Joel y Ethan Coen.
Joel y Ethan Coen.
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Joel y Ethan Coen.

Los dos hermanos, con los que hablamos por teléfono, abren el jueves la Berlinale con Valor de ley, que llegará a España el viernes. Se trata de una adaptación de una novela de Charles Portis llevada al cine antes con John Wayne como actor.

¿Dónde están ahora mismo?

Ethan Coen: En Nueva York.

Joel Coen: Sí, esta semana volaremos a Berlín.

¿Qué encontrarán allí?

E. C.: Diversión. Solemos pasarlo muy bien en Europa.

J.C.: Y una buena acogida a Valor de ley. Por lo general, nuestro cine gusta más en Europa que en EE UU.

¿Qué es Valor de ley, un remake o una nueva adaptación?

J. C.: Lo segundo. Vimos la película de pequeños, pero apenas la recordamos. En cambio, nos entusiasma la novela.

¿Qué les atrae tanto de ella?

E. C.: El que la narradora fuese una adolescente. Queríamos mostrar esa mirada juvenil, eso es lo apasionante.

Su cine no suele prestar tanta atención a un niño.

E. C.: Es verdad, apenas hemos trabajado con ellos. Como mucho como secundarios.

¿Qué relación tienen con ellos?

J. C.: Los dos tenemos hijos de esa edad, pero cada chaval es un mundo. Pero nos atraía algo: nuestros hijos podrían ver Valor de ley y disfrutarla, porque les sería fácil conectar con la protagonista.

Hailee Steinfeld, actriz principal de la cinta, tenía 13 años en el rodaje. ¿Cómo fue la experiencia?

E. C.: Inusual: por momentos, casi parecía ser ella la directora. Está muy centrada y nos dio mucha confianza. El trato con ella no fue muy distinto al que hubo con el resto de actores del reparto.

¿Cuál fue el principal desafío de hacer Valor de ley?

J. C.: Trabajar con caballos. No es nada fácil dirigirlos.

Pero debió ser atractivo rodar una película del Oeste...

E. C.: Sí, aunque no sé si puede decirse que es un western... Es verdad que hay vaqueros, caballos y muchas armas, pero nuestro objetivo era hacer algo para chicos, narrar el paso de la niñez a la época adulta, hablar de cómo crecemos y de cómo se sufre y disfruta en ese proceso. En realidad, más que del Oeste creo que es una cinta de aventuras, como Huckleberry Finn o Alicia en el país de las maravillas.

¿Por qué decidieron volver a trabajar con Jeff Bridges?

E. C.: Quisimos hacerlo durante todos estos años, pero no encontrábamos una oportunidad. Así que, en este caso, era nuestra primera opción.

¿Y Javier Bardem? ¿No les cuadraba en Valor de ley?

J. C.: Queremos colaborar de nuevo con él, pero no en esta película. Contamos con él para uno de nuestros próximos proyectos, donde queremos que cante mucho y que baile.

Bridges y Bardem pelearán por el Oscar. Valor de ley aspira a 10. ¿Les importan estos premios?

J. C.: Siempre es una alegría cuando has terminado una película. Es una buena noticia.

¿Cuál es su favorita este año?

J. C.: ¡No puedo decírtelo, tío, mucha gente se enfadaría con nosotros! Pero ha sido un buen año, con buenas películas.

Muchos se quejan del cine actual. ¿Qué les parece el 3D?

J. C.: Creo que nunca haremos una película en 3D: me cuesta creer que la gente se interese más por cómo se proyecta una película que por la película en sí. Pero no sé...

E. C.: Tampoco pensamos mucho en ello. Bastante tenemos con imaginarnos cómo será nuestra próxima película.

J. C.: Además, tampoco somos muy buenos con la tecnología. Nos gusta más el cine de los años 60 o 70 que todo el cine tecnológico que llegó después.

Tras más de 25 años, ¿en qué ha cambiado más la industria?

E. C.: Es difícil de explicar... Nosotros hemos cambiado de estatus: ahora nos es mucho más sencillo conseguir financiación, pero eso no le pasa a todo el mundo. En su momento tuvimos que luchar mucho: supongo que los recién llegados lidiarán con lo mismo.

¿Y qué aprendieron, en todo este tiempo, como cineastas?

J. C.: Que cada película plantea problemas distintos. Nunca puede generalizarse.

E. C.: La experiencia hace más fáciles y rutinarias muchas cosas, pero también al principio uno tiene más entusiasmo. Yo he aprendido una cosa: aunque nadie se lo crea, este oficio es complejo y agotador.

¿Qué parte del proceso de hacer una película es más divertido?

E. C.: En realidad, todos. Escribir un guión nos encanta, pero hay un momento en el que te agotas de estar sentado, a solas, en una habitación. En el rodaje estás con más gente, pero también tienes que pelearte mucho...

Y ahora, ¿qué preparan?

Nada. Tenemos dos proyectos; seguramente el de Bardem será el segundo, pero cualquiera sabe. Terminamos de rodar Valor de ley hace apenas dos meses, así que descansamos.

¿Un nuevo clásico?

En 1970, John Wayne ganó su único Oscar como actor gracias a la historia de un sheriff alcohólico que ayuda a una niña a encontrar al asesino de su padre. Ahora los Coen recuperan la historia, aspiran a diez Oscar y han entusiasmado a gran parte de la crítica. The New York Times habla de "una magistral parábola sobre el bien y el mal", mientras Rolling Stone la califica como un "nuevo clásico" y Chicago Sun Times de "maravillosa obra de artesanía".

Filmografía básica: 27 años en la cumbre

Sangre fácil (1984): Se veía en su debut: los chicos hacían un cine distinto. Macabra y oscura película entre el policiaco, la comedia y el terror.

Muerte entre las flores (1990): Una obra cumbre: la clásica película de mafiosos con la modernidad justa.

Barton Fink (1991): Fascinante relato sobre el cine y enormes papeles para John Turturro y John Goodman.

Fargo (1996): Divertida, sombría... Su consagración frente al gran público. Un negro cuento de apenas ochenta minutos repletos de risas y fascinantes actores.

El gran Lebowski (1998): Primer encuentro con Bridges: una comedia lisérgica y disparatada, un clásico de los 90.

O Brother (2000): Libreto inspirado en la Odisea de Homero y protagonizado por Clooney.

El hombre que nunca estuvo allí (2001): Los Coen se mudan al mejor cine negro clásico, renuncian al color y hacen una película que firmaría, por ejemplo, Fritz Lang.

No es país para viejos (2007): El choque entre las letras de Cormac McCarthy y la fantasía de los Coen cuajó en esta desoladora y fascinante película. Cuatro Oscar, entre ellos el de mejor película y otro para Javier Bardem.

Un tipo serio (2009): Una película pequeña en la que los hermanos saldan viejas deudas con su niñez y la religión. Una estética inconfundible, un prólogo fascinante y entretenimiento lleno de inteligencia a lo largo de todo el metraje.

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