El acceso a tecnologías "cotidianas" de la comunicación puede costar más de 3.000 euros a una persona ciega

El desconocimiento y el ahorro de costes frenan las inversiones de las empresas en accesibilidad tecnológica
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MARLON BUNDAY
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El acceso a tecnologías de la comunicación que se consideran "cotidianas", como la telefonía móvil, la TDT, o la navegación por Internet, pueden tener un coste superior a los 3.000 euros para una persona ciega o con alguna discapacidad visual.

Así lo ha reconocido en declaraciones a Europa Press María Jesús Varela, la directora del Centro de Investigación, Desarrollo a Aplicación de Tiflotecnología, Cidat, de la ONCE. Varela, en todo caso, ha puntualizado que ese coste existe cuando el acceso a las tecnologías no está subvencionado, como es el caso de los afiliados a esta organización.

Entre los gastos que puede tener una persona ciega, que no cuenta con apoyo económico o préstamo de tecnología, destaca la compra de software para el ordenador o para el teléfono móvil. A esto se suman otras herramientas de accesibilidad, como los lectores 'daisy' —Digital Audio-based Information System— para libros.

Estos mecanismos de apoyo suman costes que rondan los 1.500 euros, pero éstos aumentan cuando se adquiere un software específico para ver TDT a través del ordenador, leer teletexto o tener una guía de programación de televisión —que puede costar unos 300 euros— o incluso una lupa para ver la pantalla aumentada y que cuesta, según si es de bolsillo o si es más grande, entre 500 y 1.300 euros.

Implicación empresarial

María Jesús Varela ha lamentado que, salvo algunas excepciones, la implicación de las empresas de telecomuniciaciones y tecnología "es muy baja", un problema que atribuye al "desconocimiento de las necesidades del colectivo de personas ciegas" y a que, las adaptaciones suponen un sobrecoste en una producción pensada para "el conjunto de la sociedad".

En todo caso, Varela ha apuntado que hay empresas que sí han manifestado su interés en adaptar sus productos y hacerlos más accesibles, como Vodafone, Telefónica, Apple, Microsoft, entre otras.

Asimismo, hay algunas empresas especializadas en la creación de tecnología adaptada, como Code Systems —con sede en Cataluña— o algunas firmas pertenecientes al Grupo Fundosa, un grupo empresarial creado por la ONCE con el fin de atender a las necesidades del colectivo de personas ciegas y de darles estabilidad laboral.

En España, la ONCE colabora con empresas de fabricación de tecnología y presta asesoría gratuita sobre cómo esos productos pueden ser accesibles a personas ciegas, como por ejemplo, electrodomésticos, relojes y despertadores y termómetros. De hecho, esta organización comercializa casi 700 referencias.

En el caso de los electrodomésticos, María Jesús Varela puntualiza que, "cuanto más se digitaliza, es peor", porque se dificulta su manejo por parte de personas ciegas o con baja visión. Además, ha recordado que una conocida marca lanzó al mercado una línea de electrodomésticos para personas mayores —de fácil manejo y con las indicaciones, letras y números en un tamaño más grande—, pero "se descatalogaron".

Colectivo de sordos

El acceso a las tecnologías de la comunicación también es difícil para otros colectivos con discapacidad, como es el caso de las personas sordas. Así, el director administrativo de la Federación de Asociaciones de Sordos de Galicia (Faxpg), Enrique Santos, ha apuntado que este colectivo "se ve en la obligación de buscar en el mercado alternativas que puedan adecuar a sus necesidades de comunicación", y que esas alternativas han de ser costeadas por cada uno.

En el caso de las personas sordas, Internet ha servido como vía de acceso a la información y a la comunicación —solventando los obstáculos que suponen la telefonía móvil o los medios de comunicación radiofónicos—. También, con la legislación vigente, la televisión y la TDT se han convertido en TICs accesibles a personas sordas.

Con respecto a la implicación de las empresas, Santos ha explicado que la mayor parte del tejido empresarial es ajeno a las necesidades de las personas con discapacidad auditiva, aunque hay excepciones. Así, la Federación trabaja con la empresa gallega Neo y con el Ayuntamiento de A Coruña en un proyecto denominado Bildo, para facilitar la comunicación entre los funcionarios y los ciudadanos sordos, mediante un dispositivo que permite realizar algo similar a una video llamada en lengua de signos.

Algunas otras empresas —operadores de telefonía móvil, diseñadores de webs, o creadores de software— han puesto en marcha iniciativas para favorecer la accesibilidad de personas sordas a sus productos, aunque la tónica general es, según Santos, que se centren en el mercado de personas sin discapacidad.

El portavoz de la Faxpg ha señalado que, en muchos casos, las grandes empresas exploran la vía de la accesibilidad porque sus dueños o directivos han vivido de cerca la experiencia de la sordera. Así, el vicepresidente de Google, Vinton Cerf, padeció una discapacidad auditiva desde los 13 años, y eso le hizo promover la incorporación de texto en Youtube.

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