La empresa de papelería Igrafo, cuyo propietario Víctor Muñiz está imputado por cohecho y tráfico de influencias en la 'Operación Marea', ha perdido su línea de crédito y sus empleados temen por sus puestos de trabajo.

Según han indicado este viernes los trabajadores de Igrafo, la entidad bancaria con la que desde hace años trabajaba la empresa ha decidido quitarles la línea de crédito, hecho al que se le suma que hay proveedores que están cambiando las condiciones y les exigen el pago total de las compras con anterioridad. Asimismo, apuntan que hay clientes que ya no les reciben, que han caído las ventas y que la Administración retrasa pagos.

Con todo, inciden en la "difícil situación" que atraviesa la empresa, unida a la "condena" social que están viviendo los empleados antes de que haya resolución judicial. "Estamos viviendo momentos realmente duros", ha dicho Lidia Rodríguez en nombre de los 49 trabajadores de Igrafo.

De este modo, han hecho referencia a la "preocupación" que genera entre la plantilla de Igrafo la investigación que se está llevando a cabo por supuestas irregularidades en adjudicaciones y que han conllevado la detención y entrada en prisión del ex consejero de Educación y Ciencia del Principado, José Luis Iglesias Riopedre, la ex directora general de Centros y Planificación María Jesús Otero, y la funcionaria Marta Renedo; así como la detención de los empresarios Víctor Manuel Muñiz Menéndez, de la empresa Igrafo, y Alfonso Carlos Sánchez Sánchez, de Almacenes Pumarín, que están en libertad con cargos bajo fianza de 300.000 euros cada uno.

Los trabajadores de Igrafo se sienten "juzgados y condenados por la sociedad antes de tiempo" por lo que piden "respeto" para la plantilla y "prudencia".

Asimismo, reconocen que la noticia de la investigación a su empresa ha sido "como un jarro de agua fría para todos" y apuntan que durante los años que llevan trabajando en Igrafo "nunca" han visto ninguna maniobra extraña o tratos de favor, al tiempo que apunta que hay auditorias continuamente.

Además, dicen estar al corriente de cómo va el proceso y afirman que el responsable de Igrafo les traslada "tranquilidad" y que hay también "buenos clientes" que les dan ánimos.

En cuanto a la decisión de explicar a la opinión pública cómo les afecta la situación, afirman que ha sido una iniciativa "de los trabajadores", no una idea de la empresa.