El Centro Cultural Bancaja de Valencia invita a los visitantes a introducirse en un laberinto con una exposición en la que están representados 21 artistas e intelectuales —entre ellos algunos del renombre de Jorge Luis Borges, Friedrich Dürrenmatt, Roberto Morris, Lika Mutal, Terry Fox y Umberto Eco— y que pretende reflexionar acerca de la historia y la vigencia de este elemento. Para ello, se ha compuesto un montaje interactivo en el que lo fundamental es la experiencia del espectador.

La muestra 'Por laberintos', una coproducción entre Bancaja y el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), se inaugurará este jueves a las 20.00 horas y a partir del viernes se podrá visitar de 09.00 a 21.00 horas hasta el 29 de mayo. Los detalles han sido dados a conocer en rueda de prensa por el vicepresidente de la Fundación Bancaja, Vicente Montesinos; el jefe de Exposiciones del CCCB, Jordi Balló, y los comisarios del proyecto, Ramon Espelt i Óscar Tusquets.

La muestra, que ocupa todo el espacio expositivo del centro, sus salas Sorolla y Picasso, ilustra cómo la fascinación por el concepto de laberinto ha estado presente en la historia de la humanidad a través de obras de diferente procedencias, formatos, autores y épocas, como restos arqueológicos, grabados, fotografías, planos, proyecciones y maquetas, además de otras piezas — audiovisuales, animaciones e interactivos— creadas expresamente para la selección.

Jordi Balló ha explicado que el montaje de esta exposición —una de las de mayor éxito en la historia del CCCB— se basa en la convicción de que "el camino es aprender" y, por ello, se anima al público a disfrutar de una exhibición "muscular, que constituye una experiencia en sí misma".

La primera parte del itinerario se dedica a los llamados laberintos unicursales, es decir, los que solo ofrecen un posible recorrido. En este apartado se presentan grabados sobre piedra, cerámica griega, mosaicos romanos, facsímiles, varios libros de los siglos XVI al XIX y, por supuesto, referencias del laberinto cretense, en el que se escondía el Minotauro.

Posteriormente, se da cuenta del tránsito, ya en el siglo XV, a la idea de laberintos multicursales. Como ocurre en ellos, se ofrece al espectador un recorrido con múltiples alternativas en el que también podrá hallar callejones sin salida. La entrada evoca los laberintos vegetales que figuran en numerosos jardines de la aristocracia europea hasta el XVIII, como el del Palacio de Versalles.

También se recuerda a escritores, arquitectos y artistas, como Borges, Randoll Coate, Patrick Ireland, Michael Ayrton, Dürrenmatt o Saul Steinberg, para quienes el laberinto hasido importante en su obra. La exhibición culmina con un conjunto de obras de arte de reminiscencias laberínticas.

Los comisarios han explicado que la muestra tiene diversos niveles para poder llegar a personas de distintas edades. De hecho, han comentado que en Barcelona ha tenido una gran aceptación entre escolares pero también la ha visto el propio Umberto Eco.

RETO

Los especialistas han añadido que el trabajo ha sido "un reto", tanto por su concepción como por la necesidad de delimitar la definición de laberinto, que ha adquirido un significado metafórica que puede evocar en el espectador interpretaciones muy diferentes, desde la actual crisis económica hasta las redes sociales.

Con motivo de la muestra se ha editado un catálogo que incluye textos de Eco, Ramon Espelt, Óscar Tisquets y Jorge Wagensberg, junto a una antología de citas de Núria Aidelman y Laia Colell, además de una selección de obras presentadas en la exposición. También se han programado talleres para mayores de 55 años y escolares.