Claves del conflicto de Egipto: el intento de derrocar una dictadura espoleado por el éxito de Túnez

  • Los ciudadanos egipcios quieren derrocar al presidente Hosni Mubarak e impedir que ceda el poder a su hijo Gamal.
  • Las redes sociales han servido de lugar de encuentro entre los disidentes para organizar las manifestaciones contra el régimen.
  • Hosni Mubarak lleva en el poder desde octubre de 1981.
Un manifestante egipcio enfrenta a las fuerzas policiales durante una protesta en el centro de El Cairo.
Un manifestante egipcio enfrenta a las fuerzas policiales durante una protesta en el centro de El Cairo.
EFE
Un manifestante egipcio enfrenta a las fuerzas policiales durante una protesta en el centro de El Cairo.

Las manifestaciones se suceden en Egipto. Miles de ciudadanos se han lanzado a la calle para protestar contra el Gobierno de Hosni Mubarak, de 82 años, y las revueltas ya han dejado varios muertos (uno de ellos, un joven de 22 años al que unos agentes han matado de un disparo en la cabeza en el Sinaí) y centenares de detenidos.

Después de casi 30 años en el poder, los egipcios no parecen dispuestos a aceptar que Mubarak siga en el poder y tampoco quieren permitir que su hijo Gamal opte a presidir el país.

El éxito de las revueltas de Túnez, que consiguieron derrocar al dictador Ben Alí, ha espoleado a una sociedad que ha sabido exprimir al máximo las redes sociales para organizar las protestas.

¿Qué relación tienen los disturbios de Túnez y de Egipto?

Zine al Abidine Ben Alí presidió Túnez durante 23 años y tras las protestas se ha visto obligado a huir a Arabia Saudí, mientras que Hosni Mubarak lleva en el poder desde octubre de 1981, ejerciendo el poder de forma similar a Ben Alí, con una apariencia democrática que le otorga cierta impunidad a ojos de occidente.

Las revueltas en Túnez se iniciaron después de que Mohamed Bouazizi, un joven en paro, se quemara a lo bonzo para protestar porque la Policía le había confiscado el carrito con fruta y verdura que usaba para la venta ambulante, alegando que carecía de permiso. Los egipcios, conscientes de que ese hecho desencadenó una revolución, lo imitaron para denunciar la situación que atraviesa el país.

Mohamed Lagab, analista político y profesor de Políticas en la Universidad de Argel, está convencido de que "Túnez es ahora el modelo a seguir para todos los árabes" y que "la época de los dictadores y las dictaduras ha terminado".

¿Cuándo y cómo comienzan las protestas en Egipto?

El lunes 17 de enero, Abdo Abdelmanam Yafar, un ciudadano egipcio de 49 años, se quemó a lo bonzo frente al Parlamento, en el centro de El Cairo, para denunciar el cierre de su restaurante en la provincia de Ismailiya.

Un día después, otros cuatro ciudadanos hicieron lo mismo que Yafar en distintas ciudades:

  • En El Cairo, un abogado egipcio identificado como Mohamed Faruk Mohamed Hasan, de 50 años, fue a la sede del Gobierno para denunciar que la Policía egipcia no había hecho lo suficiente para dar con el paradero de su hija, desaparecida tres meses atrás.
  • También en la capital egipcia, un jubilado de 60 años, Sayed Ali al Sayed, se prendió fuego frente a la sede del Parlamento como protesta por no haber cobrado la pensión.
  • En Alejandría, Ahmad Hashem al Sayed, un joven desempleado de 25 años licenciado en Derecho, murió tras quemarse a lo bonzo en el tejado del edificio donde vivía porque llevaba tiempo buscando trabajo sin éxito.
  • En Ismailiya, Tarek Mohamed al Gadafi, un mecánico de 35 años se quemó porque tenía que comparecer ante la Policía.

¿A qué se deben las manifestaciones?

Si en Túnez son un problema el paro y la corrupción, en Egipto la cosa no es muy diferente. La tasa de desempleo cerró el año 2010 en el 9,4%, según Indexmundi y la riqueza del país está repartida, fundamentalmente, entre el 10% de la población. No obstante, la protesta va más allá: el nefasto funcionamiento de la Administración, la política laboral del Gobierno, la falta de libertades y la crueldad de la Policía, que actúa con casi total impunidad, son las cuatro grandes reivindicaciones de los ciudadanos egipcios.

Además, los cables filtrados por Wikileaks hicieron patente la restricción de libertades a la que está sometida el pueblo egipcio así como el descontento generalizado de la clase media con los mandatarios. Estos datos, que tras ser publicados en Internet se convirtieron en accesibles para todos los egipcios, se suman a la revelación hecha por el portal donde confirmaba que los militares no daban su apoyo a Gamal Mubarak, hijo del actual presidente y firme candidato a sucederle en el cargo, y auguraban una crisis interna si su padre moría en el poder.

Una amplia mayoría de la población egipcia da la espalda a la familia Mubarak y reclama unas elecciones democráticas, lejos de las celebradas en 2005 cuando fue reelegido el actual presidente entre las protestas de los observadores independientes, que denunciaron impedimentos para realizar su labor.

Durante las protestas del día 25, en las que murieron tres personas, un manifestante que se identificó como Sherif Halil resumió el sentir popular asegurando que "se cayó la barrera del miedo; ya se acabó" y que las protestas traban de derrocar al Mubarak, "un dictador como Franco en España".

¿Cuál es el papel de las redes sociales?

Los egipcios temen la brutalidad policial, de modo que las redes sociales se convirtieron en el lugar de encuentro más seguro para organizar las protestas, algo que también había sucedido en las manifestaciones de Túnez. El Gobierno egipcio, consciente de ello, bloqueó Twitter y Facebook, pero ya era tarde; fundamentalmente porque, pese a que las manifestaciones se han producido en enero, el descontento con el Gobierno y las denuncias contra la violencia de la Policía egipcia se suceden en Facebook desde junio de 2010.

La chispa que encendió la mecha fue la muerte de Khaled Mohammed Said, un empresario de 28 años a quien dos policías de paisano mataron el pasado 6 de junio frente a un cibercafé de Alejandría. El dueño del café confirmó que los agentes le golpearon dentro del local y acabaron con la vida del empresario en un edificio cercano.

¿Qué importancia tiene el caso de Khaled Said?

La indignación entre los ciudadanos egipcios creció cuando la Policía aseguró que el joven Khaled había muerto tras ingerir una bolsa con drogas. Además, la versión oficial de los forenses fue que el cadáver simplemente tenía contusiones bajo un ojo, pero las imágenes del cuerpo sin vida de Khaled Said llegaron a Facebook, donde se podía ver que el joven tenía varios dientes rotos y la cara hinchada.

Los testigos del caso recibieron amenazas de muerte y Amnistía Internacional entró en escena para pedir justicia. No obstante, a los dos presuntos homicidas no se les juzga por torturas ni por asesinato, sino por usar la fuerza durante la detención de la víctima. Todo parece indicar que los agentes mataron al joven porque iba a difundir un vídeo comprometedor en el que varios policías se repartían un alijo de drogas.

A la vista de los hechos, un internauta egipcio abrió un grupo en Facebook con el nombre Todos somos Khaled Said, que ya cuenta con más de 400.000 miembros, para protestar contra los numerosos episodios de violencia policial. Sin embargo, en poco tiempo las críticas a la Policía se convirtieron en críticas al régimen y el grupo pasó a ser una especie de resistencia.

¿Qué puede ocurrir en el futuro?

Pese a que el Gobierno egipcio cuenta con el apoyo de Estados Unidos, el opositor egipcio y premio nobel de la paz Mohamed ElBaradei cree que la sociedad no aceptará otro Gobierno de Mubarak: "El cambio en el país es inevitable", ha dicho al llegar al país. Hay previstas unas elecciones en septiembre, pero si las protestas continúan con la misma intensidad que hasta ahora, no hay que descartar ninguna opción.

Mubarak tiene el apoyo total del Ejército, pero parece improbable que se vaya a producir una represión violenta, máxime después de que Hillary Clinton pidiera que no se evitaran las "protestas pacíficas". Por tanto, cabe contemplar la opción de que Mubarak tome el mismo camino que su homólogo tunecino y se exilie. En este contexto podrían adelantarse las elecciones o formarse un Gobierno de transición hasta los comicios de septiembre, si bien esto último también se antoja difícil.

En cualquier caso, los analistas políticos coinciden en que estas manifestaciones han puesto fin a cualquier posibilidad de que el presidente Hosni Mubarak entregue el poder a su hijo Gamal. "El primer fruto obtenido por los mártires en este levantamiento popular será que el heredero no vendrá y el segundo será la posibilidad de que el propio presidente no se presente otra vez a las elecciones", dijo el analista Refat el Sayed Ahmed, director del centro de estudios políticos Yafa.

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