«La idea es quitar autobuses de unas líneas, que hoy en día ya ofrecen un servicio precario, y ponerlos en otras; en lugar de destinar más dinero a aumentar la flota de vehículos y la plantilla de conductores», denunció el sindicato. «Pero esto es muy complicado si la EMT regala 200.000 pases al año, por lo que sólo paga el 40 % de los usuarios».

Punto por punto

Los peores cambios: Dicen que al quitar seis autobuses de las líneas 79 y 80, éstas se quedarán con sólo dos cada una. «Ahora tienen 8.300 y 5.300 pasajeros diarios cada una y una frecuencia de paso de unos ocho minutos. Con los cambios, sólo podrán transportar a 3.000 personas como máximo y tendrán una frecuencia de casi 30 minutos». Sobre suprimir la 41, que une plaza España y la zona Universitaria, se preguntan: «¿es que no va nadie a la facultad?».

Mala imagen: Los usuarios cargan contra los conductores por los retrasos. «Esto contribuye a que más de 100 (de 1.207) estén de baja, lo que provoca que salgan menos vehículos y se empeore el servicio. Sufrimos de dos a tres altercados al día».

Imprudencias: Admiten que todos los días cometen alguna para mantener la frecuencia de paso.

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