En cinco pisos incautaron 500 gr de heroína (lo que solían vender en una semana), dinero en efectivo y armas. Detuvieron a 13 personas, de entre 30 y 60 años, de las cuales ocho eran mujeres y un menor de edad. El valor de la droga supera los 50.000 euros.

A mediados de 2005, la movilización vecinal advertió sobre el incremento del tráfico de droga en el barrio. Con el despliegue, empezaron las batidas que ayer culminaron en una gran redada con ocho unidades distintas.

«No se puede hablar de red organizada» aclaraba ayer Joan Coll, jefe de la comisaría de Nou Barris, pero sí de del principal punto de mercadeo. La presión policial –con 334 identificaciones y 123 actas por consumo en dos meses–  ha rebajado el tráfico de droga en Porta, como muestra el número de consumidores de metadona: «antes eran unos 320 y ahora sólo una veintena». Por ello, no descarta que el problema se traslade a otros barrios y «a ciudades metropolitanas».

Tres intervenciones se realizaron de madrugada en la calle Sanchís Guarner –al lado de la comisaría de Sant Andreu– en los números 1, 7 y 9. El resto, en la calle Viña Larga, 59, y Anselm Turmeda, 8.

Los vecinos piden al juez mano dura

Laurio Perdiguero, presidente de la Associació de Veïns de Porta, impulsora de las protestas vecinales, alabó ayer la actuación policial y admitió que «finalmente, se ha acabado con el tráfico de droga en Porta». En este sentido, recordó que en otras épocas, los narcos se libraban gracias a «los chivatazos que recibían», contrariamente a la actuación por sorpresa que ayer permitió desarticular el narcotráfico. Pero ahora, desde el vecindario piden que «los jueces actúen con la misma contundencia» y que permitan erradicar para siempre la problemática del barrio. Igualmente, pedirán que expulsen a las famílias de narcotraficantes de los pisos de protección oficial de Renfe-Meridiana, por haber vulnerado gravemente los compromisos que adquieren los inquilinos.