El Mago de Oz anticatalán

Los catalanistas han hecho por El Mago de Oz, de Píriz Carbonell, más de lo que su director podía esperar para un montaje murciano estrenado en Navidad en el Romea.
A la compañía Tespis le han salido actuaciones en casi toda España. Nadie quiere perderse esa versión libérrima ensañada con Cataluña y su Estatuto.Poco tardaron los comunicadores afines al discurso de Carod Rovira en venir a Murcia a filmar las malformaciones ideológicas de un dramaturgo catalán (de Sitges) que manipula al público infantil. Un mes después de destaparse la polémica, siguen lloviendo cartas de condolencia: la del fiscal general, oiga que aquí no pasa nada; la de Murciaescena: Lorenzo, estamos contigo, tarde, pero contigo. La última en llegar, la de las escuelas españolas asociadas a la Unesco, recomienda cuidar aquello que se diga y que pueda dañar susceptibilidades.

Si les hacemos caso, deberíamos empezar por poner bajo sospecha toda creación artística y reconocer que Mao y Stalin no estaban equivocados. De ahí, Castro nos dirá: «Repeat after me: la revolución es sólo para los revolucionarios».

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