En dos años habrá test genéticos para el riesgo de obesidad

  • Con diagnóstico genético se previene la obesidad antes de que se establezca.
  • La genómica dará instrumentos para saber sobre quien hay que incidir más.
  • Hábitos saludables pueden ser suficientes para combatir la predisposición genética.
Su diagnóstico genético puede ser terapéutico además de preventivo.
Su diagnóstico genético puede ser terapéutico además de preventivo.
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Su diagnóstico genético puede ser terapéutico además de preventivo.

Los últimos avances en genómica están permitiendo identificar "cada vez más" genes relacionados con la obesidad, hasta el punto que en uno o dos años "ya puede haber en el mercado" algunos test genéticos que permitan conocer la predisposición de un individuo a ser obeso.

Así lo asegura el director del Laboratorio de Genómica y Nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston (Estados Unidos), José María Ordovás, que acaba de coordinar el libro 'Obesity', editado por la Fundación Lilly, en el que han colaborado más de una treintena de investigadores y especialistas a nivel mundial.

Actualmente, explica Ordovás, hay identificados unos 30 ó 40 genes cuya relación con la obesidad es sólida. Ninguno de ellos es "determinante" sino que sólo predisponen, lo que a su juicio es "una buena noticia" porque "no es que uno nazca marcado para ser obeso".

Empezar a actuar

Por ello, y pese a que "puede haber muchos más genes relacionados", Ordovás apuesta por "no esperar a saberlo todo" y empezar a actuar "en beneficio de la población", ya que con un diagnóstico genético "podríamos prevenir la obesidad antes de que se establezca", sobre todo si se actúa en niños o en adultos no obesos.

No obstante, este diagnóstico genético "puede ser también terapéutico, además de preventivo", ya que "al saber las causas se puede también saber de qué manera podemos combatirla en función de cada individuo", actuando sobre la nutrición, la actividad física o sobre aspectos psicológicos.

Hábitos alimentarios y educación

Hay investigaciones que prueban que uno de los genes que más predispone a la obesidad se manifiesta en la población con menos educación lo que, asegura Ordovás, muestra que ser conscientes de la importancia de unos hábitos alimentarios saludables puede ser suficiente para evitar los problemas de esta predisposición genética.

Ordovás confía en que "combinando el conocimiento genético y una mayor educación del individuo" permita revertir este problema en los próximos años. De hecho, concluye, "en esta década podemos empezar a ver resultados, quizá no tanto un descenso, pero si un parón de lo que está pasando".

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