Blair admite que desoyó las advertencias del fiscal general sobre la guerra de Irak

  • El ex primer ministro británico comparece por segunda vez antes la comisión que investiga la guerra de Irak.
  • Admite que desoyó las advertencias del fiscal general del Reino Unido sobre la ilegalidad de invadir Irak sin el respaldo expreso de la ONU.
  • Grupos de actores y organizaciones de familiares de soldados fallecidos se manifestan frente al edificio donde tiene lugar la comparencia de Blair.
Manifestantes protestan en Londres mientras Tony Blair vuelve a dar explicaciones por la invasión de Irak.
Manifestantes protestan en Londres mientras Tony Blair vuelve a dar explicaciones por la invasión de Irak.
EFE / Facundo Arrizabalaga
Manifestantes protestan en Londres mientras Tony Blair vuelve a dar explicaciones por la invasión de Irak.

El ex primer ministro británico Tony Blair admitió este viernes que desoyó las advertencias del fiscal general del Reino Unido sobre la ilegalidad de invadir Irak sin el respaldo expreso de la ONU al considerar que era un consejo meramente "provisional".

En una declaración escrita a la comisión que investiga el proceso político que llevó a Gran Bretaña a participar en la guerra, ante la cual comparece ese viernes también en persona, Blair explica que se aferró a su análisis del asunto porque pensaba que el principal abogado del país cambiaría eventualmente de opinión.

El 14 de enero del 2003, y de nuevo el 30 de enero, el entonces fiscal general del Estado, Peter Goldsmith, advirtió al jefe del Gobierno británico que la resolución 1441 de la ONU no era suficiente para justificar el uso de la fuerza contra Irak (aunque el 7 de marzo sorprendentemente cambió de opinión). Blair argumentó que en aquel momento "aún no había pedido formalmente asesoramiento legal, ni él (el fiscal) había llegado al punto de darlo".

"Creía -añade- que, una vez conociera el historial de negociaciones británico pero sobre todo estadounidense, concluiría que la 1441 significaba precisamente lo que decía: que Sadam (Husein) tenía una última oportunidad para cumplir y que, si no lo hacía, estaría infringiendo las condiciones, lo que a su vez revivía anteriores resoluciones que autorizaban la fuerza".

En el margen del memorando del 30 de enero, en el que Goldsmith repetía su argumento de que la 1441 no autorizaba por sí misma la fuerza, Blair escribió de puño y letra: "simplemente no entiendo esto". Sobre este comentario, precisó en su testimonio que "no entendía cómo (el fiscal) podía llegar a la conclusión de que se requería otra decisión cuando ya habíamos rechazado ese tipo de lenguaje en la 1441".

El pasado martes Goldsmith dijo ante la misma comisión que el ex primer ministro laborista le excluyó de deliberaciones importantes sobre la legalidad de la guerra de Irak, algo que éste admitió este martes haber hecho al afirmar que podría habérsele "incluido más".

Durante su comparecencia ante la comisión, presidida por el antiguo alto funcionario John Chilcott, el ex "premier" insistió en que todo su gabinete de ministros de la época sabía que el curso de acción que había emprendido -de arremeter contra el régimen iraquí en colaboración con el ex presidente estadounidense George W. Bush- podía llevar a una intervención militar, pese a que un diplomático británico declaró previamente lo contrario.

Blair manifestó que era imposible que sus colegas no supieran que ese podía ser el resultado, ya que, argumentó, él hizo muchas declaraciones a la prensa en ese sentido.

Además, según recoge el diario The Guardian, el ex primer ministro ha negado que le diera un "cheque en blanco" al presidente George W. Bush para que hiciera lo que quisiera, pero sí le quiso asegurar que "no le retiraría su apoyo" en las cosas que consideraran necesario hacer simplemente "porque existiera presión política".

Aclarar algunos puntos

Ésta es la segunda vez que Blair declara ante la comisión Chilcott tras hacerlo en enero del 2010, cuando, entre otras cosas, insistió en que no tenía "remordimientos" por haber metido al Reino Unido en la guerra en marzo del 2003 y repitió que el mundo era un lugar mejor sin Sadam Husein.

Este viernes quiso matizar que, aunque no se arrepiente de la guerra, sí lamenta "profundamente" las muertes de 179 soldados británicos y cientos de miles de iraquíes en el conflicto.  Ante esta admisión, las familias de militares muertos presentes en la sala dijeron que era "demasiado tarde".

Coincidiendo con su comparecencia en el Queen Elizabeth Hall, frente al Parlamento británico, un grupo de actores, parlamentarios, organizaciones contra la guerra y familiares de soldados fallecidos se manifestaron en señal de protesta, y se quejaron de que el testigo hubiera llegado de madrugada para evitar su asedio.

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