Son menos de lo que correspondería a Vigo por población. «Se recomienda uno por cada 100.000 habitantes», explica Aurelio Bolaño, presidente de una de las cooperativas de taxis. Por tanto, en Vigo tendría que haber al menos un vehículo adaptado más.

La cooperativa ha solicitado dos nuevas licencias de eurotaxi, que es como se conocen los vehículos adaptados, pero no es probable que estén en funcionamiento este año.

«Tienen un coste mayor y un consumo de combustible más elevado», indica Bolaño «por lo que, si no hay ayudas, es difícil plantearse su adquisición».

El precio de un taxi adaptado para pasajeros con silla de ruedas ronda los 30.000 euros. La ONCE y el Inserso subvencionan con 6.000 euros cada uno, la compra. Además, el Concello de Vigo aporta 2.404 euros para su adquisición.

Subir al cliente en brazos

No todos los obstáculos son económicos. Los propios conductores tienen que coger al usuario en brazos para ayudarle a subir, explica Bolaño, tarea para la que no son aptos todos los taxistas.

Las cifras no difieren mucho de las del resto de ciudades gallegas. En A Coruña hay también dos eurotaxi en una flota de 522 vehículos. Pero en Santiago, donde viven menos de 100.000 personas, hay los mismos. Y en Ourense tienen una línea telefónica exclusiva para ellos.

El eurotaxi

Servicio: Llevan a todo tipo de personas, con preferencia para las que van en silla de ruedas.

Funcionamiento: Una rampa hidráulica eleva la silla. Dos anclajes impiden que se mueva, y un cinturón sujeta al viajero.

Usuarios: No sólo las personas en silla de ruedas tienen dificultades para viajar solas, según aseguran en Cogami.