La población activa –la suma de parados y ocupados–, descendió además en 2.000 personas, lo que convierte a Galicia en la primera comunidad donde el crecimiento es negativo. También fuimos los que menos puestos de trabajo creamos –16.500–, y los únicos que asignamos todos los empleos creados a gente en paro, un colectivo que se redujo en 18.100 personas durante 2005.
Pero el informe no sólo contiene malos números para Galicia. Prevé que se creen 23.000 nuevos empleos hasta junio, que incorporarán hasta 26.000 nuevos trabajadores. Además, sólo tres de cada diez contratos realizados es temporal, una cifra que irá decreciendo hasta la llegada del verano.
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