El médico Conrad Murray, imputado por la muerte del cantante Michael Jackson, retiró pruebas de la residencia del artista antes de llamar a los servicios de asistencia médica para solicitar ayuda después de que el 'Rey del pop' se quedase inconsciente, según señaló la fiscalía.

El vicefiscal de distrito de Los Angeles David Walgren aseguró en el arranque del proceso judicial el pasado martes que transcurrieron más de 20 minutos entre que Murray descubrió a Jackson inconsciente y solicitó una ambulancia al 911.

Asimismo acusó al médico de no haber realizado correctamente los ejercicios de reanimación cardiopulmonar al artista y de haber ocultado que le había administrado propofol, un potente anestésico utilizado en operaciones quirúrgicas.

Walgren explicó que Jacko se encontraba en buen estado físico el 24 de junio, día en el que se realizó el último ensayo para preparar sus conciertos veraniegos en Londres y en el que se mostró "fabuloso".

"Hubo un número de acciones realizadas por el doctor Murray que mostraron una desviación extrema de los cuidados médicos estándar", dijo Walgren.

Su intención es probar que lo sucedido a Jackson se debió exclusivamente al efecto de las sustancias que se le habían facilitado durante la noche del 24 y la mañana del 25 junio bajo supervisión del doctor.

Murray, que se enfrenta a una posible condena por homicidio involuntario, debe aclarar ahora su supuesta responsabilidad en la sobredosis de propofol.

La defensa basa su alegato en demostrar que fue Michael Jackson quien se suicidó con una sustancia que utilizaba como somnífero.

A la vista preliminar asistieron miembros de la familia del cantante, mientras que decenas de seguidores se agolparon a las puertas del tribunal, informó la prensa local. Un juez determinará, de acuerdo con las pruebas presentadas durante esta vista, si Murray es procesado en un juicio que, previsiblemente, se plantearía ante un jurado popular.