[Festival de San Sebastián 2017] Muertos de vergüenza

Los títulos de 'Morir' y 'Vergüenza' no engañan. Junto a 'El secreto de Marrowbone' ponen el acento español al Zinemaldia más internacional de los últimos años
[Festival de San Sebastián 2017] Muertos de vergüenza
[Festival de San Sebastián 2017] Muertos de vergüenza
[Festival de San Sebastián 2017] Muertos de vergüenza
¿De qué se habla hoy en San Sebastián? De los calzoncillos que regalaba ayer Movistar + en el pase de Vergüenza, la primera serie que compite en la Sección Zabaltegi del Festival y cuyo estreno será en noviembre. De las propias vergüenzas de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero (el pedo en el coche de Coque Malla en Nada en la nevera ya prometía), que han convergido en diez capítulos de 25 minutos con posible secuela. De su premisa: crear un personaje absolutamente vergonzoso interpretado por Javier Gutiérrez, un tipo cutre y mezquino primo hermano del que también interpreta en El autor. Para entendernos, la clase de vecino que te pregunta de qué mes estás sin estar embarazada y el yerno que mancha sus calzoncillos y los deja a la vista de todos en el baño durante la comida dominical. De los diez capítulos que se vieron ayer en Tabakalera cumpliendo la misión de la premisa: incomodar al público, hacerse un Ricky Gervais a la española. Si el objetivo de Fernández Armero y Cavestany era que los espectadores lo pasásemos mal, hacer de nuestra risa un guilty pleasure, que nos muriésemos de vergüenza, lo han conseguido con creces. Eso sí, con las señoras no tienen nada que hacer. Ellas (eran mayoría en la sala y la llenaron de carcajadas), no tenían ni pizca de vergüenza.
¿Qué hemos visto? Morir. De la comedia al drama sin concesiones. La nueva película  de Fernando Franco (La herida), fuera de competición, es un retrato de una pareja afrontando una enfermedad terminal. Impecable como su anterior película, más cerca del plano secuencia y del  documental, Franco vuelve a contar con Marian Álvarez y Andrés Gertrúdix para plasmar con microscopio la realidad que los demás preferimos no mirar. Una pena que no compita, porque Marian Álvarez merecería repetir el premio que San Sebastián le brindó con La herida. También ha sido jornada de Perlas. La popera Borg McEnroe inmortaliza el mítico partido de tenis con un irresistible look Tenenbaum, no sólo por la cinta del pelo y el chándal ochentero sino por esa búsqueda psicoanalítica en la infancia que carga de emoción aquella final de Wimbledon que recordamos hasta los que no la vivimos. ¡Y bravo Shia Labeouf, no se nos ocurre mejor McEnroe! También fuera de competición se ha proyectado El secreto de Marrowbone, la ópera prima del guionista de El orfanato, preciosista en sus interpretaciones, en su arte y vestuario, pero (curiosamente), muy engañosa en su guion.
¿Qué hemos comido? Txipirones en su tinta en el Oquendo. Un clásico. Y arroz con leche de postre.
¿Con quién hemos hablado? Con Martin McDonagh sobre Tres anuncios en las afueras de Ebbing Misuri. Se ha mostrado muy interesado cuando le hemos hablado de la polémica del cartel de Netflix, ahora rebautizada como "Dos carteles en las afueras de Donosti, Gipúzcoa". También hemos hablado de Frances McDormand (que decidió que su personaje tenía que vestir con un mono de gasolinera toda la película), de que nadie le sugirió que cambiase el título y de En el calor de la noche, una de las muchas referencias que le inspiraron para escribir su brillante guion.

¿Qué nos hemos perdido? La rumana Pororoca, que pinta como favorita en la rumorología de la crítica. La rusa Tesnota, que pretendemos recuperar en algún momento. Muchos hijos, un mono y un castillo, el documental de Gustavo Salmerón que gusta a todo el que lo ve. De esta tarde no pasa.

¿Qué esperamos de la jornada de mañana? El hype de mañana está por las nubes. En Sección Oficial, veremos The Disaster Artist, la última locura de los hermanos Franco. Para continuar, y antes de volver a Madrid (aunque la cobertura seguirá en manos de Daniel de Partearroyo y Janire Zurbano), podremos ver The Florida Project. Así nos despedimos por todo lo alto.
Conchómetro: El cine rumano viene pegando fuerte (Soldati y Pororoca), aunque, como dice el periodista Fernando Bernal, "le hace un flaco favor a la promoción turística de Rumanía". Pororoca suena en algunas quinielas junto a Sollers Point, que veremos esta tarde. ¿Repetirá premio Javier Gutiérrez como mejor actor por El autor, de Martín Cuenca? Vergüenza le debería de dar.
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