¿Qué ha supuesto para ti ganar el premio Goya?

Un sueño hecho realidad. Aún estoy en las nubes. Cuando nos dieron el premio fue lo máximo. Eso sí, la ceremonia fue un poco larga y pasamos hambre, porque sólo había gominolas.

¿Nada más que gominolas?

Era lo único que había. ¡Tremendo hambre que pasamos!

Los músicos –lo cuenta la peli– suelen pasar hambre, al menos al principio...

Sí, la vida del músico es muy irregular. Hay veces que no tiene tiempo ni para comer.

¿Es Benito Zambrano quien les ha ‘enseñado’ al mundo?

Más o menos. Cuando nos dice de lo que iba la peli, nos damos cuenta de que es casi como contar nuestras vidas, la de cualquier músico cubano, y eso es un vacile...

¿Y, actualmente, es fácil hacer música en Cuba?

No es fácil, pero la gente tiene muchas ganas. La gente quiere alegría. El cubano siempre ha tenido el don de reírse de uno mismo.

En eso nos parecemos cubanos y españoles. Pero ¿cree que les entendemos?

Somos latinos. Con los cubanos tenéis un rollo bueno, pero el tema de la inmigración está de madre. Hay muchos papeles y muchas firmas. Y deberíamos ser algo más libres y no estar determinados por dónde vivimos. Y la música está uniendo a las razas, de la fusión sale la unión.

* Oasis. Hoy, 22 h. 15 € en Fnac, Daily Price y Tipo. 18 € en taquilla.

La música nació del cine

Muchos de los músicos de esta banda ya vivían de esto en grupos cubanos como Habana Abierta o Moncada, pero el éxito de verdad les ha llegado con la oportunidad que les brindó el cineasta andaluz Benito Zambrano. Un día, hace ya más de diez años, decidió contar las vidas de los músicos que veía por las calles de la capital de Cuba. Así nacería la película Habana Blues.