La actriz Scarlett Johansson y Ryan Reynolds anunciaron su separación hace unas semanas, y alegaron como motivo que sus apretadas agendas les impedían mantener una relación normal de pareja. Pese a que la duda sobre una reconciliación siempre estuvo ahí, ambos han decidido dar el paso definitivo y divorciarse.

La pareja comenzó su romance allá por 2007, y tan sólo un año después celebraban una ceremonia privada en Canadá que les unía como marido y mujer. Pero el matrimonio entre dos estrellas de Hollywood es algo complicado, y en su caso ha terminado mal.

Johansson y Reynolds anunciaron el pasado 10 de diciembre que habían decidido separarse porque sus agendas profesionales les mantenían apartados demasiado tiempo, por lo que les era imposible mantener un romance normal.

Dado que no había escándalos de infidelidades ni las típicas "diferencias irreconciliables" que suelen alegarse en estos casos, muchos confiaban en una reconciliación, sobre todo después de ver a ambos cenando juntos en Nueva York a los pocos días de haber roto.

Pero las esperanzas se han visto finalmente truncadas y el divorcio está en marcha desde este jueves 23. Según informa TMZ, ha sido Reynolds quien ha presentado la demanda, que ya ha sido correspondida por Johansson.

El divorcio será tramitado por la Corte Superior de Los Angeles, y parece que será un trámite sencillo y sin pleitos pues ninguno de los dos ha exigido pensión compensatoria, además de que el patrimonio conjunto será dividido entre ambos.

En un comunicado conjunto emitido por la ex pareja, ambos actores afirman que han decidido terminar con su matrimonio "tras largas y cuidadosas consideraciones por ambas partes". "Iniciamos nuestra relación con amor y es con amor y amabilidad como la terminamos. Aunque no esperamos privacidad, realmente la apreciaremos", concluye el texto.