El comité noruego del Nobel pide la liberación de Liu Xiaobo en una emotiva ceremonia en Oslo

  • Una silla vacía, en la que se han depositado el diploma y la medalla del galardón, homenajean al ausente activista chino en la entrega del Nobel de la Paz.
  • "Este premio nunca se ha concedido para ofender a nadie", ha asegurado en su discurso el presidente del comité del Nobel de la Paz, Thorbjoern Jagland.
  • La actriz Liv Ullmann ha leído las palabras que el activista pronunció en 2009 durante el juicio en el que fue condenado: "No tengo enemigos ni siento odio".
El secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, coloca en una silla vacía el diploma del Premio Nobel de la Paz 2010 durante la ceremonia de entrega al ganador Liu Xiaobo en Oslo.
El secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, coloca en una silla vacía el diploma del Premio Nobel de la Paz 2010 durante la ceremonia de entrega al ganador Liu Xiaobo en Oslo.
EFE
El secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, coloca en una silla vacía el diploma del Premio Nobel de la Paz 2010 durante la ceremonia de entrega al ganador Liu Xiaobo en Oslo.

Una silla vacía con la medalla y el diploma del Nobel de la Paz; enfrente, una gran fotografía de Liu Xiaobo. Ha sido la imagen que el comité noruego de los premios ha querido ofrecer al mundo para  ilustrar su "apoyo" al activista chino, que cumple una condena de 11 años de prisión en una cárcel de Liaoning (noreste del país) por un delito de "subversión contra el poder del Estado", y a  "aquellos que luchan por nosotros".

En un emotivo discurso, varias veces aplaudido por el público asistente, el presidente del comité del Nobel de la Paz, Thorbjoern Jagland, ha pedido a China la liberación del reo, del que ha dicho que es un hombre "optimista" por confiar en un futuro mejor para su país, y al que ha comparado con otros que no pudieron recoger sus galardones en persona, como Aung San Suu Kyi, Andrei Sajarov o Lech Walesa.

"Este hecho por sí mismo ya demuestra que este premio hace falta y es apropiado", ha asegurado, recordando que "hubo muchos problemas en 1935, cuando el Comité concedió el premio a Carl Von Ossietzky". El dictador alemán Adolf Hitler "se puso furioso y prohibió que ningún alemán aceptara el Premio Nobel; Ossietzky no vino a Oslo y murió a penas un año más tarde", añadió.

"Merece nuestro apoyo"

"Hubo una considerable indignación en Moscú cuando Andrej Sakhàrov recibió el premio en 1975. También se le prohibió recibir el galardón en la cárcel", prosiguió, citando varios casos y añadiendo el de Shirin Ebadi en 2003: "Ella sí que vino. Se podrían decir muchas cosas sobre la reacción de las autoridades iraníes, pero el embajador iraní como mínimo asistió a la ceremonia", afirmó.

"Este premio nunca se ha concedido para ofender a nadie", declaró, apostillando que "la intención del Comité ha sido pronunciarse sobre las relaciones entre los derechos humanos, la democracia y la paz". Jagland explicó asimismo que el galardón "ha sido importante para recordar al mundo que los derechos ampliamente compartidos hoy son el resultado de la lucha y el éxito de personas que han asumido grandes riesgos".

"Ellos lo han hecho por otros, por esta razón Liu Xiaobo merece nuestro apoyo", concluyó. A continuación, en el turno del discurso de aceptación del ganador, la actriz noruega Liv Ullmann leyó las palabras que Liu Xiaobo pronunció el 23 de diciembre de 2009 durante el juicio en el que dos días después fue condenado.

Entonces, el activista afirmó no tener "enemigos" ni sentir "odio" hacia el régimen chino y dijo que el progreso político "no parará" y llegará "una futura China libre". Las autoridades chinas han impedido la asistencia a la ceremonia de su esposa, Liu Xia (en arresto domiciliario desde hace dos meses) así como otros amigos de la pareja, disidentes y activistas chinos.

"Punto de inflexión"

En No tengo enemigos, mi declaración final, título del discurso, Liu señaló que su vida sufrió un "punto de inflexión" en junio de 1989 con las protestas de Tiananmen, cuyas "cadenas psicológicas" y sus "fantasmas" han marcado su compromiso político desde entonces y a cuyas víctimas ha dedicado el galardón.

Su participación en el movimiento de protesta surgido entonces fue el comienzo de una "tragedia", plasmada en restricciones a su libertad de movimientos y de actuación por parte del régimen chino, guiado por lo que Liu denomina "mentalidad del enemigo".

El disidente chino se posicionó en contra de esa forma de pensar, como ya hizo veinte años atrás, porque "envenenará el espíritu de la nación, incitará a luchas mortales y crueles, destruirá la tolerancia y humanidad de una sociedad y dificultará los progresos de una nación hacia la libertad y la democracia".

Liu admitió no obstante progresos y resaltó que la reforma y la apertura impulsadas en China tras el fin de la era de Mao Tse-Tung fueron un "proceso de debilitamiento gradual de la mentalidad del enemigo y de la psicología del odio".

Condena "inconstitucional"

Ese proceso favoreció, a juicio de Liu, el desarrollo de la economía de mercado, los avances hacia el estado de derecho, la diversificación de la cultura y también una mayor tolerancia hacia el pluralismo social por parte del régimen.

Como ejemplo mencionó la aceptación de la universalidad de los derechos humanos, que fueron incluidos en la Constitución china, de ahí que considere su condena "inconstitucional", porque entiende que sólo ejerció su derecho a la libertad de expresión. Ese cambio, reflejado también en un trato más digno y humano en las prisiones, es el que le hace confiar en el progreso político.

"No hay fuerza que pueda limitar la búsqueda humana de la libertad, y China al final será una nación regida por la ley, donde los derechos humanos reinen de forma suprema". "Espero ser la última víctima de las literalmente inquisiciones infinitas de China y que, de ahora en adelante, nadie sea incriminado por expresarse", dijo Liu, quien calificó de "experiencia más afortunada" en los últimos 20 años el "amor entregado" de su esposa, la poetisa Liu Xia.

Presión a la disidencia

La presión a la disidencia en China ha aumentado precisamente con motivo de la ceremonia. Otro firmante de la "Carta 08", el documento pidiendo reformas políticas por el que Liu fue condenado, fue detenido en las últimas horas por las autoridades chinas y se encuentra en paradero desconocido.

Por otro lado, el acceso a la web oficial del Comité Nobel (nobelprize.org) se encuentra inaccesible en Pekín, al igual que las páginas de la televisión noruega NRK y la de la BBC, mientras la emisión del canal CNN es interrumpida cada vez que aborda el tema. La prensa oficial china ha subido el tono de sus críticas a la concesión del Premio Nobel, al asegurar que la ceremonia será "una farsa contra China" y una muestra de que el pensamiento político occidental "está fosilizado".

"El Comité Nobel se niega a embarcarse en un viaje para experimentar el pensamiento chino, y en lugar de ello insiste en que China va a perderse. Este ignorante juicio es elogiado en Occidente, pero es una vergüenza que el pensamiento occidental, en su día nutrido por grandes pensadores como Rousseau o Hegel, haya caído en la fosilización política de hoy en día", afirma el editorial del Global Times, ligado al Diario del Pueblo, periódico del Partido Comunista de China.

La prensa china también destaca el hecho de que 19 naciones hayan declinado su asistencia a la ceremonia. El artículo concluye asegurando que China "se encuentra en un vigoroso proceso de reforma y apertura en el que uno difícilmente podría decir que se encuentra peor que países occidentales", y afirmando que el país "difícilmente se saldrá de su camino y no hará caso a si es aplaudida o abucheada".

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