Fomento instala 1.500 aspersores en los viaductos de acceso a Reinosa de la A-67 para evitar el hielo sobre la calzada

Con un sistema de funcionamiento automático

El Ministerio de Fomento ha instalado 1.500 aspersores en los seis viaductos de acceso a Reinosa de la A-67 para evitar el hielo sobre la calzada, que funcionarán de forma automática gracias a cuatro estaciones meteorológicas y cuatro sondas o sensores.

El delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, ha informado hoy en la Comisión de Vialidad Invernal que los seis viaductos de la autovía A-67, entre Fombellida y Lantueno, cuentan ya con unos sistemas de riego por aspersión de salmuera (agua más sal) con el fin de prevenir la formación de capas de hielo sobre la calzada de esas estructuras.

Los viaductos donde se han instalado un total de 1.500 aspersores, ubicados cada lado de la calzada y en cada sentido de la circulación, son los de Marlantes, Cañeda, el Hayal, la Hía, Boca Sur y Boca Norte, cuya longitud acumulada es de 1.500 metros.

Así, junto a las líneas blancas que limitan cada calzada se ha colocado, cada cuatro metros, un aspersor que lanza un fino chorro de salmuera sobre el asfalto, a muy baja altura de forma que pasa, prácticamente, desapercibido para el conductor y que evita la formación del hielo.

Además, cuatro casetas, situadas muy próximas a los viaductos, cuentan con todo el equipamiento necesario para su funcionamiento, tanto de forma automática como manual, y en función de la temperatura, la humedad ambiente y otros parámetros medio ambientales.

El funcionamiento del sistema de aspersión se puede establecer de forma automática o manual desde el Centro de Control de Túneles. Las casetas están conectadas con el centro de Control tanto por vía aérea, por GPRS, como por vía subterránea, a través de fibra óptica.

El objetivo de la instalación es el funcionamiento automático del riego de salmuera en aquellos puntos por donde, en muchas ocasiones, se inicia la disminución de la temperatura de la calzada, y, en consecuencia, el inicio de la formación del hielo. En este sentido los viaductos son la zona más sensible por su menor inercia térmica y el primer punto de la carretera en el que empieza a helar.

El proyecto se complementa con la instalación de 1000 metros de barreras anti-ventisca en las carreteras A-67, N-611, N-623 y N-629 y de 230 metros de barreras antialudes de 3 metros de altura, en boca de un túnel de la A-67, para evitar que la nieve caiga sobre la calzada en forma de alud, con un coste de 1,7 millones de euros.

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