Hacer buen cine con bajo presupuesto

  • No, no es la oferta de DVD de un gran almacén, sino la historia de tres proyectos con tanta ambición como poco presupuesto.
  • Y la prueba de que no todo el cine español vive de subvenciones

La historia de May, una vampira repudiada por la sociedad. La venganza pendiente entre Gorka y Quimi. O el largo periplo de un inmigrante. Tres historias de tres proyectos audaces y con características poco habituales: autofinanciación y presupuesto cero.

"Queremos cambiar el sistema. Demostrar que se puede hacer cine sin dinero pero bueno y comercial". Quien lo dice es Sadrac González, que con Sonia Escolano (ninguno ha cumplido los 30), dirige The Vampire in the Hole, cinta de ciencia ficción con un presupuesto de un euro. Y no es broma: aunque cuente con técnicos profesionales (como el compositor Antonio Escobar), no tiene inversores ni subvenciones. ¿El secreto? Ganas de trabajar y, si hay beneficios, la recompensa económica.

La historia de The Vampire in the Hole empezó hace un año: Myna se va, el primer largo de González y Escolano, ganó un premio en el Festival de Austin, pero sólo se estrenó en una sala española. Así que sus autores decidieron innovar, buscando en Internet colaboradores... gratuitos.

"A los dos días", dice González, "el buzón estaba colapsado. Técnicos, actores... Más de mil currículums de España, Europa y EE UU. ¡Y algunos habían trabajado en Celda 211 o Avatar! En España hay buenas escuelas, pero pocos proyectos, por lo que muchos emigran. Pero no les gusta obedecer como hormigas, sin crear: nosotros les dejamos desfasar y confiamos en ellos".

Aunque no esté terminada, la película ya transmite esa confianza: viendo sus efectos, nadie diría que es gratuita. "Si sumamos lo que todos habríamos cobrado", dice su director, "el presupuesto sería de 1,8 millones de euros. Pero la gasolina la pagó cada uno, el catering eran bocadillos compartidos. Todo, poco más de un euro". Un euro y, claro, picardía: más de una vez el equipo escondió grúas y cámaras para evitar que la Policía les pidiera unos permisos de los que carecían y gran parte del rodaje transcurrió en Alcalá de Henares, "porque es más tranquila que Madrid, donde en cuanto sacas una cámara te rodean 500 personas".

El productor-espectador

El día D a la hora D es otro de estos proyectos. Para narrar el cruce de caminos entre Gorka y Quimi, el director, Javier J. Palo, ha recurrido a una especie de cooperativa cinematográfica: basta una inversión de entre dos y cinco euros (es el tope) para, además de ayudar, poder decidir sobre las tramas que forman parte del guión.

Palo explicaba, a principios de octubre, que ya eran "casi 30 productores-espectadores, 4 mininversores y 13 patrocinadores... y más que serán. La previsión es alta y positiva". Las posibilidades que ofrecen las redes sociales y distintas fiestas y eventos organizados por su creador han hecho posible una iniciativa que, en caso de no llegar a cuajar (algo que descarta por completo Palo), no caería en saco roto: "El dinero invertido se donaría a una ONG".

No es una ONG, pero también cumple una función social, Hola, estás haciendo una peli. Raúl Alaejos y Marta Rodríguez coordinan una película sin director y sin presupuesto, en la que distintos vecinos del madrileño barrio de Lavapiés (según Alaejos, hasta 270) rodarán, por separado, un plano.

Todos juntos formarán una película comunitaria que reflejará las experiencias de diez inmigrantes llegados a Madrid que, tras recibir unos talleres de creación de guión, han desarrollado la historia. No hay gastos (más allá de mantener una página web), pero sí un objetivo: estrenar en enero la cinta en la plaza del barrio. Todos están invitados a contemplarla y, todavía hay tiempo, a participar en ella.

Ellos también rodaron con un presupuesto ínfimo

El cine ha demostrado en múltiples ocasiones que el talento y el dinero no caminan de la mano: aquí repasamos ocho películas a precio de saldo, pero llenas de calidad. Cineastas históricos como el indio Ray o el estadounidense Lynch, actuales mandamases de Hollywood como Rodriguez o Nolan, o autores enigmáticos como Shane Carruth se intercalan en una lista de fabulosas películas.

  • Following (1998): Antes de ser uno de los autores más prestigiosos del cine actual, Christopher Nolan debutaba con esta intrigante historia sobre un escritor y un ladrón. ¿Su presupuesto? 13.000 euros.
  • The Death of Michael Smith (2006): En este policiaco rodado en Detroit, su director, Daniel Casey, gastó mil euros en rodarla y enviarla a diversos festivales, donde ganó varios premios.
  • Primer (2004): El matemático Shane Carruth estaba harto de su trabajo: destinó sus ahorros, seis mil euros, a escribir, producir y dirigir una aplaudida y compleja cinta sobre viajes en el tiempo.
  • Colin (2008): Mientras trabajaba como mensajero, el británico Mark Price rodó una original película sobre un muerto viviente con poco más de 50 euros. ¿Logró algo? ¡Casi nada!: llegó hasta Cannes.
  • La canción del camino (1955): Primera entrega de la Trilogía de Apu, una de las más grandes obras maestras del cine. Su director, Satyajit Ray, sólo necesitó 2.000 euros para filmarla.
  • Cabeza borradora (1977): Oscura e hipnótica, la primera película de David Lynch fue rodada durante seis años: los que tardó su autor en reunir los 7.500 euros que necesitaba para completarla.
  • El mariachi (1992): Robert Rodriguez gastó 5.000 euros en una película que fue pensada para el mercado videográfico, pero que llamó la atención y le abrió las puertas de los grandes estudios.
  • Clerks (1994): Kevin Smith tuvo suerte: una inundación doméstica le permitió ingresar el dinero necesario para hacer Clerks, una de las mejores y más frescas comedias de los noventa.
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