La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha absuelto por falta de pruebas al joyero acusado de comprar una pulsera robada, así como al joven que se la proporcionó, y que la había conseguido tras robarla su novia de la casa de la abuela de una amiga, en mayo de 2008.

Tanto el joyero como el joven y la autora del robo habían sido condenados previamente por el Juzgado de lo Penal número 3 de Santander a penas que sumaban tres años de prisión y el cierre de la joyería, que ahora será reabierta.

Pero las declaraciones que la joven, C.P.B, hizo ante la Policía y en la que les incriminaba no fue ratificada judicialmente. Y posteriormente la cambió en la fase de instrucción.

Al no llevarse de forma adecuada al juicio oral, los coimputados no pudieron defenderse "en ningún momento" de las acusaciones ni se pudo interrogar a los agentes que le tomaron la declaración inicial, en una actitud que "no puede ser interpretada sino como una muestra de desidia instructora", al no ser interrogada en esa fase la imputada.

La consecuencia fue que "únicamente" quedaron como pruebas las "vagas manifestaciones" de una testigo que acompañó a la pareja al establecimiento del joyero, pero que declaró que no entró a su interior y desconocía lo que hicieron dentro, en unas declaraciones consideradas "insuficientes" para fundar la condena.

Por tanto, se estima el recurso del joyero y del novio de la condenada, y se anula la condena que pesaba sobre ellos.

El joyero había sido condenado por un delito de receptación a 18 meses de prisión, cinco años de inhabilitación especial para su profesión y otros cinco de cierre de su establecimiento. El joven, por su parte, había sido condenado, por un delito de encubrimiento, a nueve meses de prisión.

Además, tanto estos dos como la joven, que queda ahora como única condenada por estos hechos —a nueve meses de prisión— fueron condenados a indemnizar a la mujer que sufrió el robo con la cantidad de 3.000 euros.