La familia del guarda forestal fallecido en 2006 en Peñamellera Baja se muestra "indignada" tras la sentencia del TSJA

Consideran "una falta de respeto" que se culpe a Rubén López del fatal accidente que le costó la vida
El guarda forestal Rubén López, fallecido en 2006
El guarda forestal Rubén López, fallecido en 2006
EP
El guarda forestal Rubén López, fallecido en 2006

La familia del guarda forestal Rubén López, fallecido en 2006 tras sufrir un accidente con el vehículo oficial que conducía en la pisa 'La Collada' (Peñamellera Baja), se ha mostrado "indignada" ante la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que atribuye toda la responsabilidad de lo ocurrido al guarda, sin tener en cuenta la falta de la señalización en la zona ni la gravilla suelta en la pista por las obras que se realizaban en el lugar.

"Si hubiera habido alguna señal, Rubén no habría accedido a la pista o, desde luego, lo habría hecho bajo su entera responsabilidad; ¿Para qué existe entonces la obligación de señalizar que una pista está cortada por obras sino tiene consecuencias para el obligado a señalizarla?", ha señalado la familia en declaraciones a Europa Press. "Sin duda existe algo raro tanto en el desarrollo del juicio como en la sentencia que poco tiene que ver con la Justicia", han añadido.

Visiblemente dolidos, recuerdan que la única intención del guarda forestal, tras toparse, sin señalización previa, con la pista de montaña cortada por obras, era alcanzar un lugar donde dar la vuelta para poder continuar trabajando. "Así le pagan su decisión de hacer todo lo posible para continuar su trabajo", lamentan. Así, insisten en que fue precisamente la falta de señalización la que le colocó en una situación de peligro.

De esta forma, la familia no comprende que la Sentencia no aprecie responsabilidad alguna de la consejería o de Tragsa, la concesionaria que realizaba las obras. Insisten en que resulta "inadmisible" que no se declare la mínima responsabilidad de la administración por la no señalización de la obra que "sin duda contribuyó a la muerte" de Rubén López mientras realizaba su trabajo.

Tampoco entiende la familia que la sentencia no dé importancia a que en la pista existiera gravilla procedente de la obra, pues el propio atestado de la guardia civil "concluye con que es precisamente sobre esa gravilla sobre la que aparece la huella de frenada que hizo que Rubén perdiera el control del vehículo pues este patinó y se precipitó al vacío".

"Ya en el juicio nos dimos cuenta de que la intención del juez era desestimar la demanda, no dejaba explicarse a los testigos y todo apuntaba a que tenía tomada la decisión de antemano pero confiamos en que se hiciera justicia y está claro que pecamos de ilusos", han explicado.

A los familiares les duele la conclusión de la sentencia que señala que el guarda realizó la maniobra de forma incorrecta, sin haber tomado las medidas de precaución, en referencia a que no llevara metida la marcha atrás y la reductora. "Esa conclusión no se basa en ninguna prueba, pues los mismos instructores del atestado, dos agentes del destacamento de tráfico de Ribadesella declararon en el juicio que no era posible decir si llevaba o no la reductora y el único perito que acudió al juicio declaró y explicó con fórmulas matemáticas que a su juicio la huella de frenada indicaba que si llevaba metida la marcha atrás y la reductora pues de otra forma la velocidad hubiera sido excesiva y aparecerían dos huellas de frenada en vez de una". "SIGNIFICATIVO"

A su juicio, resulta "significativo" que la parte denunciada no estimara necesario llevar a ningún perito para acreditar la forma en que Rubén realizó la maniobra de dar marcha atrás. "Algo extraño, para ser luego un argumento fundamental para solicitar su absolución", apuntan.

"Solo les falta decir que Rubén se suicidó, pues pretende hacernos creer que realizar una maniobra tan arriesgada es solo culpa suya, afirmando, sin que esté probado, que lo hace de forma incorrecta, y sobre todo no apreciando que la falta de señal que le llevó engañado hasta el lugar en que la pista estaba cortada, o la existencia gravilla, tuvieran algo que ver en el fatal accidente", subrayan.

Así, consideran que la sentencia constituye una "gran falta de respeto" hacia el fallecido y hacia su familia, pues "liquida el asunto en dos míseros párrafos plagados de errores y de hechos nunca probados y que el juez decide que lo sean". "¿Para que se realiza el juicio pues si luego la sentencia nada tiene que ver con los hechos probados en el juicio?", se preguntan.

Por último, los familiares de Rubén López han señalado sentir "impotencia", porque ante su intención de recurrir la sentencia, se les ha informado que no hay recurso posible para poner en evidencia los fallos que contiene la misma pues, debido a que la cuantía reclamada es de menos de 150.000 euros, tienen vedado el acceso al Tribunal Supremo en el recurso de casación.

Ante la sentencia del TSJA sólo cabría un recurso extraordinario que pasaría por demostrar que en otras sentencias con hechos idénticos se ha apreciado responsabilidad de la administración. Además, no se pueden modificar los hechos que la sentencia declara probados y "duele mucho tener que admitir para poder tener alguna oportunidad en el recurso que Rubén realizó imprudentemente la maniobra".

El fallecimiento de Rubén López el 3 de mayo de 2006, cuando realizaba labores de guardería medioambiental, conmocionó al oriente asturiano, donde además era muy conocido por ser un reputado montañero. Nació en Arriondas (Parres) pero en el momento del fatal suceso residía en Ribadesella. Tenía mujer y dos hijos de 3 y 7 años.

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