Diseñan un sensor que detecta los lugares libres para aparcar

  • Este sistema podría evitar que los conductores den vueltas de forma innecesaria y así aligerar el tráfico en las ciudades.
  • Consiste en la combinación de un sensor óptico, que es de muy bajo consumo energético, y uno magnético.
Coches aparcados en la calle.
Coches aparcados en la calle.
PEPE CABALLERO
Coches aparcados en la calle.

Un sensor óptico y magnético desarrollado por la UPC, que se empezará a ensayar en el distrito 22@ de Barcelona, permite detectar en tiempo real las plazas libres para aparcar, lo que facilitará el tráfico en las ciudades, donde el 40% de los vehículos circulan buscando aparcamiento.

Este sistema, que está pendiente de recibir la patente y será comercializado por la empresa Urbiòtica, es pionero porque por primera vez combina un sensor óptico, que es de muy bajo consumo energético, y uno magnético, mucho más costoso, que es el que utilizan la mayoría de sistemas que se están ensayando ahora en el mundo.

El responsable de la investigación en la Universitat Politècnica, Ramon Pallàs, ha explicado en rueda de prensa que con este mecanismo los conductores podrán saber en tiempo real, a través de los navegadores GPS, el teléfono móvil o las tabletas tipo iPad, dónde hay una plaza libre para aparcar en los alrededores de la zona en la que están circulando.

Además, el sistema permitiría que por ejemplo los paneles que hay para indicar que la plaza de aparcamiento es de zona verde o zona azul -en el caso de Barcelona-, fueran luminosos y pudieran especificar cuántas plazas libres hay en la calle en cuestión. De esta manera, se podría evitar dar vueltas de forma innecesaria y así aligerar el tráfico en las ciudades, donde se calcula que el 40% de los vehículos que circulan están buscando dónde aparcar, ya que con este sistema sería más fácil encontrar aparcamiento.

Cómo funciona

Para hacerlo, se tendría que instalar en un agujero en el asfalto de las plazas de aparcamiento -en Barcelona hay unas 55.000 plazas de zona verde y azul- un pequeño cilindro, de unos quince centímetros de largo y cinco de diámetro, con el sensor óptico y magnético.

Lo novedoso del sistema ideado por la Politècnica es que conjuga el sensor óptico, que es el que siempre está activo para descubrir, a partir de la sombra y la luz que se proyecta, cuando puede tener un vehículo encima. Para confirmar que efectivamente quien quita la luz en la plaza de aparcamiento es un vehículo -y no una hoja de un árbol, un papel o cualquier otro objeto-, se activa el sensor magnético, que es el que confirma de forma definitiva la presencia de un vehículo estacionado.

Con este doble sistema de sensores, los investigadores han logrado sortear uno de los principales inconvenientes de los métodos que se ensayan ahora en otros puntos del mundo, dónde únicamente se aplica el sensor magnético, que consume mucha más energía, por lo que el sensor se tiene que renovar cada cinco años.

En concreto, en San Francisco (EE UU) se está ensayando ahora con la instalación de 8.000 sensores, con un presupuesto de 23.000 millones de dólares.

En el caso catalán, la autonomía de los cilindros instalados con los sensores podría ser casi infinita, aunque se les dará una vida de unos diez años, que es el tiempo medio estimado en el que se reasfaltan las calles. El responsable de Urbiòtica, Antoni Brey, ha explicado que los costes de aplicación de este sistema serían menores que en San Francisco y fácilmente asumibles, ya que se podrían financiar con el ahorro que supone la garantía de la mejora de la ocupación de las plazas de las zonas verdes y azules.

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