Filmografía: Berlanga y sus siete obras capitales

Estudiante de derecho, miembro (por temor a las represalias políticas) de la División Azul y referencia inevitable de la cultura española, durante medio siglo Berlanga dejó una serie de películas que elevaron de forma fundamental la categoría de nuestro cine. De su extensa filmografía cabe destacar las siguientes obras:

Bienvenido Mister Marshall (1953)

"Americanos, os recibimos con alegría", cantaba todo el pueblo de Villar del Rey preparando el glorioso aterrizaje del imperialismo yanqui. Era otro cine, otra España: un país de pobreza y carestías y heridas recientes causadas por la Guerra Civil, pero también de inocencia, sueños e imparables fantasías sobre un futuro mejor. José Isbert encabeza el reparto de una película histórica, proyectada en el Festival de Cannes y crónica perfecta del célebre Plan Marshall y el milagro económico hispano.

Calabuch (1956)

El científico genial que, asustado por su inteligencia, prefiere retirarse a un lugar escondido para no hacer daño a nadie. El científico, claro, es americano. Su escondite, España. Y los españoles un pueblo generoso, inocente y también algo salvaje.

Plácido (1961)

Imparable, trepidante, una comedia de diálogos vertiginosos y personajes memorables. Si Lubitsch o Billy Wilder hubiesen nacido en España habrían firmado algo como Plácido, descarnada crónica de las diferencias de clase españolas, del "ponga en Navidad un pobre en su mesa", de cómo la generosidad mal entendida, la religión y el tradicionalismo más rancio están incrustados hasta el tuétano en el hueso del esqueleto español.

El verdugo (1963)

Viéndola ahora, resulta casi increíble que una película así fuese permitida en los años franquistas. Pero el perfecto, escurridizo y vivísimo guión de Azcona logró denunciar el salvajismo de nuestro país por medio de risas amargas, y la realización de Berlanga, amparado en un reparto descomunal (Pepe Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, Lola Gaos, López Vázquez...), propician una obra maestra absoluta. Tan triste como deslumbrante, tan risible como patética, veraz y sombría.

Tamaño natural (1974)

Franco está a punto de morir, y la debilidad del régimen permite que autores como Berlanga puedan aliarse al capital francés y estrenar películas más abiertas y riesgosas en las que el cineasta puede dar rienda suelta a sus pulsiones eróticas y fetichistas. Aquí, y otra vez con guión de Azcona, Berlanga narra el imposible amor entre un dentista y una muñeca de plástico. Lo trágico de la historia y los muchos excesos estéticos no ocultan la destreza de director y escritor.

La escopeta nacional (1977)

Ahora sí: Franco ha muerto, y Berlanga puede empezar a revisar las posibilidades de un nuevo país lastrado por muchas cuentas pendientes. Ésta es la primera entrega de una trilogía nacional a la que seguirán Patrimonio nacional y Nacional III, donde pululan arribistas, nuevos ricos, bufones y aprovechados en torno al patrimonio de la noble y ridícula familia de los Leguineche.

La vaquilla (1985)

Llevaba haciéndolo, a su manera, durante toda su carrera, pero con esta película Berlanga habla abiertamente de la Guerra Civil infiltrando a cinco soldados republicanos en territorio enemigo. ¿Una misión suicida, heroíca, gloriosa? Otra cosa: secuestrar a la vaquilla que protagonizará las fiestas del pueblo, arruinando así un glorioso día enemigo. Landa, Sacristán, Santiago Ramos o Guillermo Montesinos son algunos de los protagonistas de esta hilarante, desprejuiciada y destornillante comedia.

Estudiante de derecho, miembro (por temor a las represalias políticas) de la División Azul y

referencia inevitable de la cultura española, durante medio siglo Berlanga dejó una serie de

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