Firmar un crédito a los 93 años

  • Una mujer se querella contra una entidad financiera por conceder un crédito prohibitivo a sus padres.
  • La caja ha embargado su domicilio familiar.
Teresa, en la casa embargada de sus padres.
Teresa, en la casa embargada de sus padres.
JORGE PARÍS
Teresa, en la casa embargada de sus padres.

Los viernes fotocopia octavillas y empapela una sucursal bancaria de la calle Capitán Blanco Argibay de Madrid. La Caixa y el hijo engañan a los ancianos y los deja sin vivienda. Teresa del Pozo es la autora del texto. Hija de los ancianos y víctima de la presunta estafa. La historia de deshaucio comienza el 22 de enero de 2006. Ese día sus padres, nonagenarios, firman en la citada sucursal un crédito abierto con garantía hipotecaria sobre su vivienda por un importe de 90.000 euros.

La pareja de pensionistas no necesita dinero en efectivo, pero su hijo pequeño les pide el favor. El pacto es sencillo: Miguel Pozo y Teresa Pérez consiguen el crédito y el vástago abona las cuotas mensuales. Pero la segunda parte del compromiso no se cumple. Miguel Pozo liquida los intereses del préstamo, pero su sueldo de pensionista no alcanza a pagar unas cuotas mensuales que superan los 1.500 euros. Exige a su hijo el pago de las letras del crédito y la respuesta es definitiva: "No tengo dinero". El banco reclama el importe endeudado hasta que la vivienda es embargada.<p>Octavilla de una querella contra una entidad financiera.</p>

El padre ocultó el drama a su hija –que vive en la casa familiar junto a su marido– hasta que la situación fue insostenible. Teresa intentó refinanciar la línea de crédito para recuperar el domicilio, pero, el mismo banco que le había concedido un préstamo a un pensionista de 93 años, rechazó concederle el crédito por una cuestión de edad. "El director de la sucursal era íntimo de mi hermano, si no, nunca le hubiesen concedido el préstamo a mi padre. El banco, en connivencia con mi hermano, estafó a mis padres", solloza. El director implicado en el caso fue apartado de la sucursal, pero la entidad no vincula el traslado con la denuncia. "La Caixa tiene más de 27.000 empleados y la rotación de personal es algo común".

La mujer ha interpuesto una querella criminal por estafa y apropiación indebida contra su hermano y contra La Caixa como "colaborador necesario". El abogado de Teresa arremete contra la entidad por conceder un crédito a dos personas sin solvencia para abonar "cuotas prohibitivas" y sin cotejar que en el domicilio avalado vivían más individuos. Sus padres ya han fallecido. Teresa lucha por su casa en los tribunales mientras rellena los formularios de la Comunidad de Madrid para solicitar una vivienda pública. La orden de desahucio ya se ha emitido.

La expulsión de su casa es inminente. Cobrar la herencia –su padre la designó heredera universal antes de fallecer– le permitiría margen de maniobra, pero su hermano ha impugnado su última voluntad "por incapacidad del testador". Este recurso ha retrasado la resolución judicial. La Caixa alega que "no ha incurrido en ningún tipo de irregularidad en esta operación".

Juicio por amenazas

El próximo 17 de noviembre Teresa del Pozo comparecerá contra su hermano en un juicio. La mujer le denunció en los juzgados el pasado mes de julio tras recibir amenazas verbales. "Me llamó por teléfono desde un número privado y me dijo 'cuando te pille te vas a enterar'". El acusado posee armas de fuego, un detalle que hace que Teresa viva todavía más atemorizada.

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