se trata de hacer carambolas sobre una mesa de billar no hay quien le gane. El barcelonés Daniel Sánchez se proclamó la semana pasada campeón del mundo en Holanda y levantó su tercer título con ‘sólo’ 36 años. «Todavía soy _joven y puedo progresar. En este deporte la mayoría de jugadores superan los 40 años porque se necesita mucha experiencia. Como mínimo hay que jugar diez o quince para alcanzar un nivel profesional», explica desde su casa de Benalmádena.

Daniel sabe de lo que habla porque lleva utilizando el taco desde los nueve: «Mis padres tenían un bar en Barcelona y empecé a jugar con los clientes después del colegio. Se me daba bien y a los 16 años ya me pasaba siete u ocho horas al día practicando».

Ahora el billar se ha convertido en su trabajo: «Juego las ligas española y francesa, además de varios torneos y exhibiciones por todo el mundo. Se gana menos que en el tenis, pero no me quejo. Por el Mundial me han dado 5.000 euros».

La cabeza es fundamental en el billar a tres bandas, donde el objetivo es hacer carambolas tocando, al menos, tres laterales de la mesa con la bola blanca: «Las partidas duran hasta cinco horas, hay que controlar muy bien la presión y los nervios. El pulso no puede temblar», explica Daniel.

Tacos, obras de artesanía

El material es otro elemento clave: «Hay mil tipos de tacos. El mío tardaron un año en fabricármelo en Japón. Está hecho de madera de ébano y maple, equilibrado a mi gusto. Cuesta unos 4.000 euros y es de los baratos porque algunos llevan ta

Si se trata de hacer carambolas sobre una mesa de billar no hay quien le gane. El barcelonés Daniel Sánchez se proclamó la semana pasada campeón del mundo en Holanda y levantó su tercer título con ‘sólo’ 36 años. «Todavía soy _joven y puedo progresar. En este deporte la mayoría de jugadores superan los 40 años porque se necesita mucha experiencia. Como mínimo hay que jugar diez o quince para alcanzar un nivel profesional», explica desde su casa de Benalmádena.Daniel sabe de lo que habla porque lleva utilizando el taco desde los nueve: «Mis padres tenían un bar en Barcelona y empecé a jugar con los clientes después del colegio. Se me daba bien y a los 16 años ya me pasaba siete u ocho horas al día practicando».Ahora el billar se ha convertido en su trabajo: «Juego las ligas española y francesa, además de varios torneos y exhibiciones por todo el mundo. Se gana menos que en el tenis, pero no me quejo. Por el Mundial me han dado 5.000 euros».La cabeza es fundamental en el billar a tres bandas, donde el objetivo es hacer carambolas tocando, al menos, tres laterales de la mesa con la bola blanca: «Las partidas duran hasta cinco horas, hay que controlar muy bien la presión y los nervios. El pulso no puede temblar», explica Daniel.Tacos, obras de artesaníaEl material es otro elemento clave: «Hay mil tipos de tacos. El mío tardaron un año en fabricármelo en Japón. Está hecho de madera de ébano y maple, equilibrado a mi gusto. Cuesta unos 4.000 euros y es de los baratos porque algunos llevan tacos de 20.000 euros con incrustaciones de oro, que en realidad no sirven para nada».La punta del taco es la parte más mimada: «Es la suela de cuero, la parte que entra en contacto con la bola y ahí cada jugador tiene sus manías: más dura, blanda, suave... es una parte de alto secreto».España es_una potenciaEl billar a tres bandas es un deporte con futuro en España donde, además de Daniel, hay jóvenes con mucho talento, como el valenciano Javier Palazón, que fue tercero en el Mundial de_Holanda, con 22 años. «Bélgica, Holanda y Centroeuropa eran las grandes potencias por tradición, pero actualmente los españoles están ganando casi todo en categorías inferiores», explica Daniel.

cos de 20.000 euros con incrustaciones de oro, que en realidad no sirven para nada».

La punta del taco es la parte más mimada: «Es la suela de cuero, la parte que entra en contacto con la bola y ahí cada jugador tiene sus manías: más dura, blanda, suave... es una parte de alto secreto».

España es_una potencia

El billar a tres bandas es un deporte con futuro en España donde, además de Daniel, hay jóvenes con mucho talento, como el valenciano Javier Palazón, que fue tercero en el Mundial de_Holanda, con 22 años. «Bélgica, Holanda y Centroeuropa eran las grandes potencias por tradición, pero actualmente los españoles están ganando casi todo en categorías inferiores», explica Daniel.