Los médicos intentaron reanimar a Néstor Kirchner durante 45 minutos

Una pareja sostiene una fotografía homenajeando al ex presidente argentino Néstor Kirchner, en la Plaza de Mayo en Buenos Aires.
Una pareja sostiene una fotografía homenajeando al ex presidente argentino Néstor Kirchner, en la Plaza de Mayo en Buenos Aires.
Leo La Valle / EFE
Una pareja sostiene una fotografía homenajeando al ex presidente argentino Néstor Kirchner, en la Plaza de Mayo en Buenos Aires.

Los médicos que atendieron este miércoles de urgencia al ex presidente argentino Néstor Kirchner intentaron reanimarlo durante 45 minutos, precisaron fuentes cercanas al fallecido dirigente peronista citadas este jueves por la prensa argentina.

Kirchner, de 60 años, estaba en su residencia de descanso de la sureña localidad de El Calafate, 2.600 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, cuando sufrió un infarto. El Gobierno no ha divulgado ninguna versión oficial sobre las circunstancias en que se produjo la muerte del ex presidente, pero medios locales han desvelado este jueves detalles sobre las últimas horas del ex mandatario.

Según coinciden distintas versiones, el matrimonio presidencial cenó en su residencia de El Calafate con un grupo de amigos y se retiró a descansar. Al parecer, primera hora de la mañana, Kirchner se sintió mal y su esposa, la presidenta Cristina Fernández, llamó a una ambulancia, que arribó de inmediato y escoltada por la policía fue al Hospital municipal José Formenti.

El ex mandatario llegó al hospital con signos vitales "muy débiles", destacaron los diarios Clarín y Página/12. Allí, según el primer rotativo, los médicos intentaron reanimarlo con un desfibrilador y establecieron contacto telefónico con el médico presidencial, Luis Buonomo, que se encontraba en Buenos Aires, pero desistieron después de 45 minutos de maniobras de resucitación.

El parte firmado por Luis Buonomo aseguró que Kirchner murió de un "paro cardiorrespiratorio no traumático que no respondió a las maniobras de resucitación básica y avanzada". Según los medios, la presidenta ordenó entonces que el cuerpo de su esposo fuera llevado a la residencia familiar para esperar la llegada de sus hijos, Máximo y Florencia -que viajó desde Estados Unidos- y celebrar una ceremonia íntima de despedida para quien fue su esposo durante los últimos 35 años.

Este año, quien gobernó en Argentina de 2003 a 2007 había tenido dos episodios muy delicados de dolencias de corazón. El primero, en febrero, derivó en una compleja cirugía por una obstrucción en la carótida derecha, tras la cual los especialistas le recomendaron que congelara su actividad política, consejo que desoyó. El septiembre pasado Kirchner volvió a ser hospitalizado por otra obstrucción en la arteria coronaria y los médicos le practicaron una angioplastia, poco después de la cual apareció junto a su esposa en un escenario político.

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