Según relata la Sección Tercera en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, a resultas de las investigaciones realizadas por el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil se practicó el 26 de diciembre de 2008 la entrada y registro en el domicilio del también condenado I.G.P..

De este modo, en el ordenador personal de este último, a quien la Audiencia ha condenado a un año de cárcel, se intervinieron multitud de fotos, vídeos y otros archivos relativos "a menores de corta edad en actitudes sexuales explícitas" que el acusado distribuía a través de la red y compartía con otros usuarios, entre ellos J.C.B..

Tras ello, el día 10 de julio de 2009 se practicó la entrada y el registro del domicilio de J.C.B., interviniéndose tanto en su ordenador personal como en soportes externos multitud de archivos consistentes en fotos y vídeos pornográficos de menores "en actitudes sexuales manifiestas" y que distribuía y compartía con otros usuarios de Internet.

Vídeos y fotos del menor

La sentencia, consultada por Europa Press, asevera que parte del material pornográfico había sido elaborado por el propio condenado, quien, "aprovechando la relación de amistad que le unía a la familia" del menor de edad, "en numerosas ocasiones le había fotografiado y grabado en vídeo sin su consentimiento, estando desnudo o en palmarias actitudes sexuales". Además, señala que, antes de que la víctima cumpliera 13 años, le efectuó diversos tocamientos.

Asimismo, señala que, una vez analizados los vídeos y las fotografías, se constata que, "lejos de constituir un mero juego inocente, como pretende el inculpado y su defensa, las imágenes presenten un palmario contenido sexual", añadiendo además que de las imágenes se desprende que "muchos de los menores captados en actitud erótica no alcanzan la edad de 13 años".

Por estos hechos, la Audiencia Provincial de Sevilla condena a J.C.B. a cuatro años de cárcel por un delito de distribución y producción de pornografía infantil utilizando menores de 13 años, así como a tres años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales, ya que a la continuidad delictiva se añade que se trata de abusos inconsentidos sobre un menor de 13 años.

Además, lo condena a indemnizar al menor en la cantidad de 12.000 euros por los daños morales causados. De otro lado, condena a I.G.P. a un año de prisión por un delito de posesión y difusión de pornografía infantil.