La cuenca del Guadiana cuenta con volumen de agua para asegurar entre tres y cuatro campañas de riego

La CHG destaca que se ha superado "totalmente" la situación de sequía y se ha alcanzado el máximo histórico de agua embalsada

La cuenca del Guadiana cuenta en estos momentos con un volumen de agua suficiente para asegurar "entre tres y cuatro" campañas de riego, tras haber superado "totalmente" la situación se sequía gracias a las precipitaciones del último año que han hecho que se alcancen niveles "muy altos" de agua embalsada.

Además, las lluvias y precipitaciones en forma de nieve a lo largo de la última anualidad en el conjunto de la cuenca del Guadiana han hecho posible una significativa reducción del déficit del acuífero 23, el más importante de la cuenca y situado en Castilla-La Mancha.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), Eduardo Alvarado, ha dado estos detalles en rueda de prensa en Mérida para hacer un balance del año hidrológico, del que ha destacado que ha permitido alcanzar el máximo histórico de agua embalsada en la cuenca, con 8.344 hectómetros cúbicos (hm3).

A su vez, el acuífero 23 ha pasado de tener un déficit de 3.000 hm3 a unos 2.000 y el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) también ha superado la sequía pasando de contar con 12 hectáreas encharcadas a un máximo de 1.700, teniendo en estos momentos una superficie encharcada de en torno a 1.000 hectáreas, ha precisado Alvarado.

El presidente de la CHG ha explicado que el último año hidrológico ha sido "de contrastes" e "irregular" dado que en octubre de 2009 la cuenca se encontraba en situación se emergencia por sequía, con los embalses al 36,5 por ciento de su capacidad, y actualmente el nivel de agua embalsada se sitúa casi al 78 por ciento.

En cuanto a la cuenca extremeña del Guadiana, ha precisado que se pasó de los 2.135 hm3 en diciembre pasado hasta llegar a los 7.200.

Reservas "muy importantes"

"Contamos con unas reservas de aguas superficiales muy importantes", ha subrayado Eduardo Alvarado, quien ha explicado que a primeros de diciembre pasado la confederación se planteaba reducir los riesgos entre un 20 y un 25 por ciento, pero las precipitaciones acaecidas en invierno y primavera pasados han dado lugar a un cambio "muy significativo" de la cuenca.

Ha indicado que en este año se han combinado acontecimientos hidrológicos y de gestión que han hecho que se pasara de una situación "en blanco y negro" a otra "en color".

El año hidrológico que ha valorado el presidente de la CHG se inició con un otoño seco que hacía que la situación fuera de "sequía muy prolongada" al que siguió un invierno con lluvias abundantes y temperaturas muy suaves y una primavera "húmeda" con precipitaciones que se prolongaron hasta el final de la estación. Respecto al verano, ha sido "muy corto pero muy seco".

Además, ha especificado que las precipitaciones se produjeron "afortunadamente" primero en la cuenca alta, en Castilla-La Mancha, de manera que el agua circulaba hacia el resto del territorio, y después en la media, en territorio extremeño.

Aguas subterráneas

Respecto a las aguas subterráneas, "han ascendido once metros", según el presidente de la CHG, quien apunta que se estima que podrían contener unos 30.000 hectómetros cúbicos, la misma cantidad que se obtendría de "multiplicar por tres" todo el agua embalsada de la cuenca.

Destaca además que un total de 25 embalses de la cuenca han desembalsado agua en el último año, siendo únicamente los embalses de La Serena y Alange, en Extremadura, los que no han tenido que dar salida al agua contenida.

Eduardo Alvarado ha destacado la coordinación y las actuaciones conjuntas de la confederación y las administraciones de Extremdara y Castilla-La Mancha, así como de los efectivos del Centro 112 y las comunidades de regantes ante las situaciones planteadas.

De cara al próximo año, el objetivo de la CHG es gestionar "lo mejor posible" el agua que existe en estos momentos y seguir recuperando volumen de agua en el acuífero 23, al tiempo que trabajar con el "máximo rigor" en las diferentes actuaciones a realizar y dar las mayores oportunidades posibles a los aprovechamientos económicos de la cuenca.

Voluntad de uso "racional"

Alvarado ha dicho estar "convencido" de que no se va a producir un derroche de agua por parte de los agricultores "por sentido común y por cuestión económica", además de que ellos tienen también el convencimiento, según Alvarado, de que hay que gestionar el agua de forma eficaz y utilizar la menor cantidad posible.

Así, ha recalcado la "voluntad decidida" por parte de los trabajadores agrarios y las administraciones de hacer un uso racional del agua.

Por otra parte, a preguntas de la prensa sobre actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Guadiana ante la existencia de pozos ilegales, ha indicado que se está trabajando en la regulación de este tipo de aprovechamientos que no cuentan con autorización para extraer agua.

Se trata de un proceso de regulación y mecanismos de control con un plan de ordenación de las extracciones, ha puntualizado.

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