Dakar, la bulliciosa capital de Senegal

  • El país africano cuenta con buenas infraestructuras turísticas y un Gobierno estable.
  • El compositor Youssou N'Dour es el máximo referente cultural.
  • La isla de Gorée fue el principal puerto de tráfico de esclavos.
Dakar, una joya en África.
Dakar, una joya en África.
Dakar, una joya en África.

Los expertos en África coinciden: Senegal es el país idóneo para visitar el continente por primera vez. La estabilidad política, su cercanía con Europa y las cuidadas infraestructuras turísticas garantizan un viaje plácido.

DakarLa capital de la nación, Dakar, es una de las urbes más vivas de África. Con poco más de un millón de habitantes, cuenta con un gran número de atractivos para el viajero, como los pintorescos mercados, la mezquita, la catedral o el Museo IFAN, dedicado a la cultura del África occidental.

La vida cultural de la ciudad, sin embargo, gira fundamentalmente en torno a la música y, en este campo, Youssou N'Dour es el auténtico rey. El cantante y compositor no sólo es el máximo exponente de la música popular del país (denominada mbalax), sino que es un héroe nacional por su compromiso social y político.

Fuera de Dakar, el principal reclamo para los turistas que acuden a Senegal es la isla de Gorée, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. A sólo tres kilómetros de la capital (distancia que se recorre en transbordador), este pequeño islote (17 hectáreas de superficie) que hoy es un remanso de paz para las personas que quieren descansar del bullicio de Dakar, fue escenario de uno de los episodios más tristemente célebres de la historia de la humanidad.

DakarGorée es conocida como la isla de los esclavos. Durante la época colonial, las potencias europeas lucharon por controlar el enclave por su interés militar y sobre todo comercial, pues fue el principal puerto desde el que se enviaron millones de seres humanos para trabajar como esclavos en las colonias americanas. En 1807, los británicos prohibieron el tráfico de personas y el islote perdió su importancia económica.

En los últimos años, Gorée ha tenido decenas de visitante ilustres. En 1992, Juan Pablo II estuvo en la isla para implorar "el perdón del cielo... por el pecado de esclavitud cometido por el hombre contra el hombre y contra Dios". Nelson Mandela, Bill Clinton, Jacques Chirac o José Luis Rodríguez Zapatero son otros jefes de estado que han estado en esta tierra para denunciar las atrocidades cometidas siglos atrás. Todavía se conservan restos de su infausto pasado, como el antiguo almacén en el que se hacinaba las personas, convertido ahora en Museo de los Esclavos. Si no fuera por estos vestigios, nadie podría imaginar lo que ocurrió en este pueblo de calles vacías de vehículos, pero llenas de personas amables que viven tranquilamente de los beneficios que les reporta el turismo y la pesca.

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