La Interprofesional Láctea (Inlac), integrada por la industria y las cooperativas y organizaciones agrarias, ha acordado que las transacciones comerciales de productos del sector lácteo se basen en contratos de carácter obligatorio entre empresas y productores, como ha propuesto la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa.

Al término de un nuevo encuentro de los integrantes de la Inlac con representantes del Ministerio, la secretaria general de Medio Rural, Alicia Villauriz, ha destacado este "acuerdo sustancial" en relación con los contratos, que recogerán precios, volúmenes, garantías de recogida y condiciones de pago, entre otros aspectos.

Villauriz ha explicado que el nuevo contrato se plasmará en un Real Decreto. "Estamos pensando que el contrato sea obligatorio y eso requerirá distintos órganos necesarios", ha agregado la secretaria general, quien, en relación con los precios, ha abogado por favorecer las negociaciones colectivas a través de organizaciones de productores.

Además, ha avanzado que en una segunda fase se estudiará la posibilidad de dar prioridad en la concesión de ayudas a aquellos operadores cuyos contratos tengan una duración más amplia, lo que a su juicio contribuirá a fomentar la estabilidad.

En el encuentro, la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) ha presentado un documento, al que ha tenido acceso Europa Press, en el que propone que se establezca un único modelo de contrato, de manera que "no podrá existir ningún litro de leche producido en España que no esté amparado por este modelo".

Además, la propuesta de la industria recoge la necesidad de que se propicie un "soporte jurídico y político" que garantice la elaboración por parte de la Inlac, con la colaboración de un comité de expertos, de índices de precios y su aplicabilidad.

Variables para la configuración de precios.

Entre otras, estos índices deberán tener en cuenta, según Fenil, variables como los precios de venta al público de la leche y los productos lácteos vendidos en España, los precios de los productos de importación, los precios de los mercados internacionales de productos industriales y los precios de la leche cruda practicados en otros países de la Unión Europea.

Además, la industria plantea que los índices se configuren en forma de horquilla y varíen trimestralmente, al tiempo que sugiere la creación de una comisión de seguimiento de los precios de venta al consumidor y la evaluación de su coherencia respecto a la materia prima.