Otro debut de un director español en Hollywood, el del donostiarra Luis Berdejo. Era sin duda uno de los grandes atractivos de La otra hija (The New Daughter), drama familiar e intriga sobrenatural protagonizado por una estrella ya con menos tirón, pero al fin y al cabo significativa, Kevin Costner, y una joven promesa como es Ivana Baquero, la protagonista de El laberinto de fauno.

Después de varios y premiados cortos, y de trabajar como guionista – por ejemplo, en [Rec] –, Luis Berdejo debuta también en el largometraje con el encargo de realizar esta adaptación basada en un relato breve del escritor irlandés John Connolly, en el que un padre separado – su mujer le ha abandonado -, y con dos hijos, una adolescente de 16 años (Baquero) y un niño de 7, se trasladará a vivir a un aislado caserón campestre.

Allí, la hija no tardará en experimentar unos extraños cambios en su comportamiento relacionados con un misterioso montículo cerca de la casa.

La película, no ha sido demasiado bien recibida en su proyección en el Festival de Sitges. Con reminiscencias a clásicos como Terror en Amytiville (1979), El resplandor (1989) o The Descent (2005), su trama apenas engancha, desaprovecha los elementos más inquietantes o ese paralelismo que se podría hacer entre los cambios que se producen durante la adolescencia y los que vivirá su joven protagonista a causa de unas criaturas que habitan cerca del lugar.

‘La casa muda’

Otra de las esperadas curiosidades del certamen era la proyección de La casa muda, dirigida por Gustavo Hernández.

Una producción uruguaya realizada sin apenas presupuesto – unos 6.000 dólares -, y rodada (supuestamente) en una sola toma - sin cortes -, sólo con un larguísimo plano secuencia, a tiempo real, de  hora y cuarto de duración.

Su argumento se inspira en un caso real acontecido en los años 40 en una casa de campo de la localidad de Godoy. Dos cuerpos sin vida fueron hallados torturados y mutilados, y el hallazgo de unas fotografías tomadas con una cámara Polaroid permitió a la policía resolver el sangriento caso.

De la misma manera, pero aprovechando los actuales avances tecnológicos, la película se rodó utilizando una cámara fotográfica Canon Mark II, que permite la grabación en vídeo de alta definición. Y como ejercicio técnico cinematográfico, y más teniendo en cuenta su nulo presupuesto, La casa muda es un trabajo que debería proyectarse en las escuelas de cine para mostrar cómo rodar con una sola toma, y aún así cambiando de ángulos, planos y variaciones de encuadres.

Pero su anécdota argumental es mínima, la de ver a su protagonista (Florencia Colucci) pasearse por las diversas estancias de la casa a oscuras o apenas iluminación, y sólo con algún pequeño golpe de efecto o susto de vez en cuando para evitar que el sopor sea absoluto. En cuanto a su acogida en el Festival de Sitges, división de opiniones: aplausos y... aburrimiento.