La exposición del malagueño Manuel Garvayo se despide del MUPAM y del Archivo con unas 10.000 visitas

Las obras del pintor Manuel Garvayo, una de las mayores figuras del expresionismo figurativo de la plástica malagueña del siglo XX, se despiden este domingo, con unas 10.000 visitas, del Museo del Patrimonio Municipal de Málaga (MUPAM) y del Archivo, donde han estado expuestas desde el pasado 18 de junio.
Cartel de la exposición 'Manuel Garvayo 1911-1983'
Cartel de la exposición 'Manuel Garvayo 1911-1983'
MUPAM
Cartel de la exposición 'Manuel Garvayo 1911-1983'

Las obras del pintor Manuel Garvayo, una de las mayores figuras del expresionismo figurativo de la plástica malagueña del siglo XX, se despiden este domingo, con unas 10.000 visitas, del Museo del Patrimonio Municipal de Málaga (MUPAM) y del Archivo, donde han estado expuestas desde el pasado 18 de junio.

La muestra 'Manuel Garvayo 1911-1983', comisariada por Teresa Sauret y Pablo Alonso Herráiz, se ha dividido en dos espacios: la sala temática del MUPAM, por la que durante estos casi cuatro meses han pasado más de 4.000 personas, y la de exposiciones temporales del Archivo Municipal, que ha recibido casi 6.000, según han informado a Europa Press fuentes del Ayuntamiento.

La exposición estaba compuesta por 50 obras, fundamentalmente pinturas y dibujos, procedentes de la Colección Manuel Garvayo, gestionada por la familia del artista malagueño.

En sus comienzos Manuel Garvayo partió de la crónica de lo real desde la mirada crítica y dolorosa de Francisco de Goya, revisando la ilustración y el romanticismo. Su imaginario iconográfico se mueve entre la huella dejada en su alma por la guerra y sus desastres, la locura de lo surrealista que produce monstruos, la sátira de lo ridículo y esperpéntico y la valentía y la dignidad de los tratados en desigualdad.

Sus prototipos populares salen del Perchel como sinónimo de lo genuino y no contaminado y todos juntos crean un universo de imágenes en el que el individuo se mueve entre dioses y monstruos.

Con esta exposición, dividida en cuatro apartados que respondían a los títulos de 'Caprichos', 'La España negra, la España que viví', 'Esperpentos' y 'Tauromaquia', se ha pretendido recuperar al pintor e incluirlo definitivamente en ese plantel de artistas locales contemporáneos en el que su figura ocupa un lugar de preferencia.

En la sala de exposiciones temporales del MUPAM, que ha acogido los apartados 'Caprichos' y 'La España negra, la España que viví', se presentaba al autor mediante un autorretrato que introducía al visitante en la fuerza de su obra y de su personalidad.

En el primero de los apartados, y bajo el lema goyesco de 'El sueño de la razón produce monstruos', han desfilado personajes y escenas que iban de Goya al surrealismo. El segundo ha planteado el horror de la guerra a través de la propia mirada del autor sobre la Guerra Civil española, crónica demoledora de unas vivencias que se traducen desde la impotencia de la víctima y el relato descriptivo del artista.

Por su parte, en el Archivo Municipal se ha agrupado, bajo los enunciados de 'Esperpentos' y 'Tauromaquia', el mundo de lo esperpéntico y absurdo según la intención 'valleinclaniana', donde ambos conceptos se entremezclan denunciando ignorancia e injusticias.

El itinerario se ha completado con una parada ante la escultura de Ibn Gabirol, en los jardines de la calle Alcazabilla, para cuyo rostro prestó el suyo Manuel Garvayo. El autor de esta estatua, Hamilton Reed Armstrong, expresó la categoría humana del pintor para comunicar la del sabio medieval.

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