De la Vega: "Hemos tenido que asumir medidas que no estaban en el guión"

    Han sido dos años de crisis, durísimos, de mucho desgaste, ¿verdad?
    Han sido dos años muy duros para todo el mundo. Hemos vivido una situación muy difícil en España, en Europa, en el mundo. Hemos tenido que hacer frente a la crisis más importante de los últimos 80 años. Inédita, además: una crisis nueva, de nuevo cuño, que nadie sabía muy bien por dónde iba a salir, cómo se podía cortar. Hemos tenido que hacer un ejercicio de impulso, de decisión, de compromiso y de sacar adelante la situación, y lo hemos hecho.Pero al Gobierno le ha supuesto experimentar un desgaste muy notable...
    Todos los gobiernos lógicamente sufren un desgaste cuando se plantea una situación tan difícil. Al haber una crisis económica que tiene repercusión en la vida diaria de los ciudadanos, se crea una situación de incertidumbre, de temor, que crea un cierto desgaste. Porque además los gobiernos tenemos que asumir medidas difíciles, pero completamente necesarias. Medidas que no estaban pensadas, no estaban en el guión, pero la crisis nadie la pudo predecir. Desde el primer momento este Gobierno ha sido muy responsable, hemos adoptado decisiones valientes, comprometidas y que no eran fáciles de tomar, exigían un sacrificio generalizado, pero con el objetivo claro de frenar la situación y de abrir un nuevo camino. Y creo que hemos podido frenarla; hay que pensar cómo estábamos hace unos meses: inestabilidad en los mercados financieros…¿Puede volver esa situación? En las últimas dos semanas, la deuda irlandesa y la deuda portuguesa tienen muchas dificultades. ¿No puede saltar la presión a nuestra deuda?
    No. Ha quedado acreditado que las medidas adoptadas por el Gobierno han hecho que España se despegue de países también europeos que siguen teniendo algunos problemas; problemas ya en vías de recuperación para nosotros. Todo nuestro plan de ajuste ha sido muy bien valorado, terminamos el semestre europeo con una prueba muy importante que formaba parte de nuestro objetivo de la estabilización del sistema financiero, además de la reforma de cajas: la prueba de estrés test, que ha puesto de manifiesto la solvencia de nuestro sistema financiero. A partir de ahí, ha cambiado el criterio de la comunidad internacional, es verdad que hay movimientos especulativos, pero ya no están afectando a nuestro país como entonces, ha bajado el diferencial…Pero ha subido en las últimas semanas...
    Son pequeñas fluctuaciones, nuestro sistema está muy solvente, lo que no quiere decir que la situación no sea difícil. Estamos siendo muy transparentes y muy responsables a la hora de transmitir cómo estamos. Hemos logrado reconducir la situación de dificultad, pero también nuestras fortalezas, que tenemos muchas y son importantes, gracias a nuestro plan de ajuste fiscal y al plan de reformas. Estamos haciendo el proceso de modernización de la economía española más importante desde los años ochenta.

    Vamos a ponernos en la hipótesis de que, pese a toda esa mejora de la deuda española en los mercados internacionales, el diferencial se nos va de nuevo...

    ¡No se nos va a ir!

    ¿Y si se nos va? ¿El Gobierno tiene un plan B?

    Siempre tiene el Gobierno un plan B, siempre.

    ¿Con más reformas?

    Reformas vamos a seguir haciendo. Le he puesto encima de la mesa las reformas más importantes, porque creemos que en estos momentos son las reformas básicas. Estabilizar nuestro sistema financiero, que ya está: las cajas, el estrés test, las fusiones, los procesos de concentración; una reforma laboral para crear el marco para que en cuanto entremos en el proceso de recuperación creemos empleo; y una reforma de pensiones que nos garantice el futuro de la columna vertebral de nuestro estado del bienestar, que son los pensionistas.

    ¿Qué habría entonces en el plan B?

    Me va a permitir que el plan B lo reserve para cuando ocurra. Como no va a ocurrir, no se va a conocer.

    ¿Pero está estudiado?

    ¡Siempre! ¡Cómo no! ¿No lo ha visto usted? Ha habido un problema y tomamos una decisión. Le recuerdo el itinerario. Diciembre de 2009, comparecencia del presidente del Gobierno en el Parlamento. Hace toda una ruta de economía sostenible, de cambio de modelo productivo, donde anuncia ya muchas reformas.

    Pero ahí no estaba lo que luego vino.

    Por eso lo digo, tuvimos luego un plan B. En enero adoptamos ya las primeras medidas de ajuste. En febrero, marzo y abril, más medida, las que han sido necesarias a la vista de la situación de emergencia. ¿Qué creemos ahora? Que eso ya está asentado, que se ha cortado, que puede haber alguna fluctuación porque los mercados tiene un punto de volatilidad, pero es razonable creer que nuestra economía está ya en el camino de saneamiento para empezar la recuperación, y lo que tendremos que hacer es ver cómo la aceleramos. Queremos salir adelante cuanto antes.

    Fácil no es, la recuperación es difícil porque tenemos problemas estructurales que estamos afrontando como nunca se habían afrontado: con un plan de reformas superambicioso. Porque además de las que le he dicho, en este año hemos reformado los puertos, la navegación aérea… y todo eso va a contribuir a modernizar nuestro país… Tenemos el pacto por la energía, los acuerdos en materia de energías renovables… En fin, todo lo que estamos haciendo en los sectores estratégicos, el plan de reconversión industrial, el plan estratégico de innovación, el plan de I + D + I, estamos actuando en muchísimos sectores, creemos que ése es el camino. Y ya hay indicadores positivos: producción industrial, exportaciones, bienes de equipo, confianza en el consumo... Son indicadores suaves, pero positivos. Ahora tenemos que atacar el problema fundamental, que es el empleo.

    La gente, los mileuristas, los que tienen menos ingresos, perciben que son ellos los que están pagando esta crisis. Cuando se anunció que iban a gravar a las rentas mas altas, la opinión pública se creó muchas expectativas acerca de esta medida. Pero una vez concretada, parece bastante insuficiente, porque al final la recaudación que pueden sacar por ese concpeto es de unos 200 millones de euros...

    Es mucho más. Hay tres ajustes: el que afecta al IRPF de los que ganan más de 120.000; el impuesto sobre las rentas de capital sobre las SICAV, que pasan de tributar del 0% al 21%; y la reducción en los bonus. Es un paquete importante, porque toca a un mismo ámbito en tres vías: en renta, en capital y en temas de directivos.

    ¿Barajaron recuperar el impuesto de Patrimonio?

    No, porque producía una distorsión con las comunidades autónomas. En la mesa no está más que lo que está.

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