La familia de Arturo Dúo Vital (1901-1964) ha donado a la Fundación Marcelino Botín más de 300 documentos del compositor, entre los que se encuentran la mayoría de sus partituras originales y su obra quizás más ambiciosa, la ópera 'El Campeador', que permanece sin estrenar.

Según ha destacado la Fundación Botín, dado que se trata de un compositor "fundamental" de Cantabria, la documentación que integra el Fondo Dúo Vital ahora donado representa "un tesoro de lo más valioso desde un punto de vista cultural", en palabras del coordinador del Centro de Documentación e Investigación de la Música en Cantabria (CDIMC) de la Fundación Botín, Esteban Sánz Velez.

La donación esta integrada por la inmensa mayoría de los autógrafos del autor, es decir, los originales y, también, diversos borradores previos de sus obras, a través de los cuales se puede rastrear el proceso creativo de las mismas.

El Fondo Arturo Dúo Vital, recién adquirido por donación, pasa a formar parte de los fondos del CDIMC, donde ya se encuentra debidamente catalogado, con lo que podrá ser consultado por cualquier estudioso o persona interesada ya sea directamente en la sede santanderina de la Fundación (calle Pedrueca) o a través de Internet (www.fundacionbotin.org, dentro de la sección Biblioteca/Acceso al catálogo).

La salvaguarda y correcta conservación de este material, uno de los compromisos principales que acepta la Fundación Botín con la recepción de esta documentación, deberá servir al mismo tiempo que potenciar en lo posible el estudio y difusión de la figura y la obra de este importante compositor.

Arturo Dúo Vital nació en Castro Urdiales el 15 de mayo de 1901. Aunque de niño recibió algunas enseñanzas musicales, fue a partir de su ingreso en el seminario de los Claretianos de Balmaseda (Vizcaya) cuando comienza propiamente su vocación musical.

De espíritu autodidacta, estudia la técnica compositiva de los antiguos polifonistas y las obras instrumentales de los grandes maestros. Tras finalizar sus estudios no musicales regresa a Castro, donde trabajará como empleado de banca. En Bilbao recibe clases de armonía, contrapunto y composición de la mano del padre Izuarrízaga y del director de la Banda Municipal de Bilbao y profesor del conservatorio de la capital vizcaína, José Franco. Por estos años, en la década de los veinte, se hizo cargo de la dirección de la Sociedad Coral de Castro.

En 1930, animado por el compositor francés de origen ruso Vladimir Golschmann, se trasladó a París, en cuya Escuela Normal de Música permanecería cuatro años y donde recibió clases de Paul Dukas. En esta etapa parisina establece contacto con Joaquín Rodrigo, Igor Markevich y Jesús Arambarri, entre otros.

De regreso a España, casó con Ana de la Llosa, maestra, y por motivos laborales de la esposa el matrimonio se traslada a vivir a las Islas Canarias. Posteriormente, se instalarán en La Marañosa (Madrid). Durante este periodo, incentivado por el ambiente teatral de la capital, compondrá varias zarzuelas.

La Guerra Civil le sorprendió en Castro Urdiales. Fue encarcelado por motivos políticos durante cerca de dos años. Finalizada la contienda se estableció en Fuentidueña de Tajo (Madrid). En 1945 consiguió la plaza de director de la banda de Villacañas (Toledo) y en 1949 accederá a una plaza de profesor de solfeo del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, ciudad en la que se instalará definitivamente.

A partir de estos años y hasta su muerte en 1964 desarrollará una intensa actividad compositiva, materializada en importantes obras, que serán reconocidas con numerosos premios. Dirigirá también en esos años la Coral Universitaria Santo Tomás de Aquino y enseñará armonía y composición en la Escuela Superior de Música Sagrada.

Apenas pocas semanas antes de morir en Castro Urdiales, el 28 de marzo de 1964, dejó terminada su obra quizás más ambiciosa, la ópera 'El Campeador'.

El fondo ha sido donado por Ariel Dúo de la Llosa y Roberto Dúo de la Llosa, hijos del compositor, residentes en Madrid aunque mantienen una estrecha relación con Castro Urdiales a donde vienen con frecuencia y en donde conservan el piso que fue propiedad de sus padres.

El fondo ahora donado permaneció largos años custodiado en el domicilio familiar madrileño por la viuda del compositor. Al fallecimiento de ésta hace algunos años se hicieron cargo del importante archivo los hijos, que pasaron a ser únicos propietarios del mismo.